El misterio de la casa que confundieron con un castillo durante 70 años

Rosa Estévez
Rosa Estévez O GROVE / LA VOZ

O GROVE

Martina Miser

En 1949 el Estado incluyó la Torre de Escuredo en un listado de castillos; en 1994 fue declarada BIC por esa razón, y ayer Patrimonio le retiró ese grado de protección

08 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La Torre de Escuredo es un edificio importante en la historia de O Grove. En el lugar que ocupa se levantó, originariamente, un pazo. Según el historiador Francisco Meis, ese edificio original habría sido construido alrededor del año 1700; era una casa solariega con una capilla tras la que crecían unos cipreses. La descripción encaja, a la perfección, con la casa que aparece en el escudo municipal de O Grove.

Según relata el experto en la historia local, aquella primera vivienda fue construida por Joaquín Fernández, cuya familia la ocupó hasta bien entrado el siglo XIX. Fue entonces cuando sus descendientes se la vendieron a Luis Mestre Roig, hijo de una familia de fomentadores catalanes que se habían afincado en Vilaxoán. Luis Mestre Roig emigró a Cuba y regresó, rico, a la Galicia de 1862. Hacia 1880 se instaló en O Grove, donde habría de convertirse en administrador del Balneario de A Toxa.

Como residencia, se hizo con la vieja casa solariega, en la que residió con su mujer y sus dos hijos: Luis y Luisa, que a su muerte se repartieron la propiedad. A la derecha del viejo pazo, Luisa construyó una casa «con galería e cunha entrada monumental de cemento Portland». Al otro lado del viejo edificio, el poeta Luis Antonio Mestre levantó una preciosa casa modernista en la que creó dos espacios singulares: un salón japonés y otro árabe, pensados para recibir la visita de sus ilustres amigos: de Manuel Murguía a Curros Enríquez, de Lamas Carbajal a Emilia Pardo Bazán...

En los años treinta, la finca original se partió en dos: los conserveros Eugenio Escuredo y Francisco Lores se hicieron con las viviendas. El primero se quedó con la casa de Luis y la mitad izquierda del pazo; el segundo, con la de Luisa y la mitad derecha del edificio original. De la parte de Lores nada queda. En los años cuarenta, el nuevo dueño derribó la capilla de 1700 y buena parte de la casa de Luisa para construir la famosa «Torre de Lores», un signo de poderío que sería derribado en los años noventa, dejando paso a un edificio mastodóntico que condenó a la ruina la mitad del inmueble de los Escuredo.

¿Cómo y cuando se confundió la Torre de Escuredo con un castillo? La desidia institucional, la inercia con la que a veces se mueven los papeles, parecen ser la única explicación para explicar semejante confusión.

En el año 1949, el Estado realizó un listado para la protección de todos los castillos de España en los que incluyó, quien sabe si simplemente por la sonoridad del nombre, el edificio de O Grove. En 1994, cuando la mitad del edificio original ya había sido demolido y sustituido por un enorme edificio de pisos, la que había sido casa de Luis A. Mestre acabó siendo declarada BIC: parece que ningún experto se acercó a la localidad para comprobar si lo que en O Grove existía era, realmente, una castillo, construcción defensiva o cosa semejante. 

No hace falta tener amplios conocimientos en historia del arte para saber que la Torre de Escuredo no es un castillo. Sin embargo, parece que ha hecho falta un buen puñado de años para que los responsables de Patrimonio de la Xunta se hayan percatado de ello. Finalmente, y tras realizar un estudio a petición de la propiedad, lo ha hecho, y la primera consecuencia de ello es que el Diario Oficial de Galicia publicó ayer la decisión de la Xunta de «deixar sen efecto e excluír do Rexistro de Bens de Interese Cultural de Galicia o inmoble denominado Torre de Escuredo no termo municipal do Grove». A la espera de la catalogación de Adro Vello, este era el único BIC registrado en la localidad.  Patrimonio ha contado en este caso con el asesoramiento de la Real Academia Galega de Belas Artes y de la Facultade de Xeografía e Historia de Santiago.

En el Concello, la noticia fue recibida con una sorpresa mayúscula por el alcalde, José Cacabelos (PSOE). Sin más información que la aportada por el DOG, el regidor anunciaba la intención de su gobierno de dejar en manos de los técnicos locales la redacción de una alegación. «Para la Torre queremos la protección máxima», explicaba el regidor, quien señalaba que el Concello llevaba meses trabajando en un expediente con una serie de actuaciones «de conservación y mantenimiento» que la propiedad debería acometer.

A la espera de las «consultas jurídicas» que el Concello espera iniciar, llueven otras reacciones. Como la del colectivo Torremakers, una agrupación de artistas y creadores locales que convirtieron la Torre de Escuredo en el símbolo de su lucha por la recuperación y el cuidado del patrimonio que aún hoy queda en O Grove. La asociación publicó ayer en sus perfiles en redes sociales un mensaje en el que lamentaban que la villa meca «quede sen o único Ben de Interese Cultural que tiña. Os propietarios conseguiron o obxectivo que perseguían dende hai tempo. Precisamos xa que a Torre de Escuredo pase a mans municipais, outra cousa é unha falta de respecto á nosa cultura», dicen, al tiempo que instan al Concello a aprovechar el mes que tienen de plazo para presentar alegaciones.

No es la única reacción que se ha producido al respecto de la salida de la Torre de Escuredo de la lista de BIC. Desde Esquerda Unida ya se ha movido ficha. La formación de izquierda presentó este lunes, por la mañana, un escrito por registro en el que solicitan una «xuntanza urxente da Mesa de Cultura e Patrimonio ou, no seu defecto, das portavocías dos grupos municipais, co propósito de abordar esta triste noticia e procurar accións conxuntas para que a Xunta se retracte» de una decisión que se el ha atragantado a muchos grovenses.

Los próximos días se irá despejando el futuro de la Torre de Escuredo, un edificio que lleva años sumido en su particular viacrucis