El alcalde, «Fariña» y el honor

Antonio A. Iglesias Vázquez EN LÍNEA

O GROVE

CARMELA QUEIJEIRO

10 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El que fue alcalde de O Grove ha perdido definitivamente la batalla judicial en un intento de proteger su honor por las menciones que se recogen en el libro Fariña, de Nacho Carretero. El exalcalde entendía que su honor había sido mancillado porque en el libro se le atribuía la propiedad de un vehículo en el que se habían trasladado 300 kilos de droga y haber formado parte del Partido Popular. Aunque el vehículo no era de su propiedad, sí lo tenía alquilado en ese momento y disponía por tanto de su uso, por lo que la información se consideró veraz, y el error en su pertenencia al PP no se consideró un desdoro. El exregidor fue absuelto del delito de tráfico de drogas por el Tribunal Supremo por «duda razonable» en su participación en el negocio, revocando la sentencia de la Audiencia Nacional, que sí lo había condenado. Sí resultó condenado por un delito de blanqueo de capitales provenientes del narcotráfico.

El autor se encontró con una situación que él mismo calificó de «muy tensa y desagradable»: el juez acordó cautelarmente el secuestro del libro, y ello también incluía la popular serie de televisión, justo cuando se iba a estrenar. Pero, sin pretenderlo, el exalcalde le proporcionó la mejor campaña de márketing imaginable: se le dio la mayor publicidad posible, y además lo convirtió en un artículo prohibido. La atracción de los humanos por lo prohibido es una obviedad, y hoy en día, con Internet y todo el entorno digital, resulta muy complicada, por no decir imposible, cualquier medida que persiga mantener alejado de la opinión pública cualquier obra controvertida. De hecho, pese a la prohibición el libro se agotó rápidamente en las plataformas de Internet.

Se dio la paradoja de que el libro siguió una suerte parecida a la del nombre de la sustancia de la que toma su nombre, Fariña: se convirtió en algo conocido para todo el mundo, prohibido, pero posible de adquirir.

Esta prohibición cautelar solo duró cuatro meses, pues las decisiones de los tribunales posteriores le han dado la razón a su autor, Nacho Carretero. Y el exregidor de O Grove, además de indemnizarlo, le regaló una campaña de márketing al nivel de las mejores plataformas de Hollywood.