Alumnos y profesores confeccionaron con azulejos su participar réplica
23 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.«Profe, profe ¿por qué no hacemos uno como este?». Esta inocente pregunta planteada por un alumno del instituto Monte da Vila durante una excursión a Barcelona es la responsable de que el centro tenga hoy su propio banco Güel o, como lo han bautizado los estudiantes del centro adaptándolo a la gheada, el banco Juel. Las profesoras de dibujo, Josebe Arrillaga, y volumen, Clara Vindel, recogieron el guante y aprovecharon un terreno de piedras, situado en la parte más alta del patio, para construir un sinuoso banco que ahora están decorando con azulejos, a imagen y semejanza del que hay en Barcelona. El proyecto empezó el año pasado pero todavía le quedan otros tres cursos para estar rematado.
El banco de cemento fue construido por un albañil, pero fueron los alumnos de este centro los que eligieron el diseño del mismo. «Como el banco está en O Grove eligieron motivos como las olas del mar o las burbujas», explica Vindel. La obra ha comenzado a cobrar forma, pero todavía le queda mucho para estar rematada. Por ahora, los estudiantes han confeccionado el respaldo y parte del asiento. Pero queda pendiente la parte baja, «que representará el fondo marino, con algas», explica Arrillaga. Tampoco se ha empezado aún en el suelo, aunque el diseño sí que está hecho, ni en la parte posterior.
Aprovechando las clases de volumen, los estudiantes han confeccionado una serie de mosaicos con formas redondas, además de hacer las olas con trozos de azulejos que ellos mismos rompían. En las de dibujo, además, los alumnos han cortado un sinfín de círculos de cerámica para decorar el asiento. «Cortar esos círculos es un trabajo de chinos», explican las profesoras. Y reconocen que los estudiantes se han tomado con muchas ganas este proyecto. Muchos de los azulejos son donados por almacenes de la zona. «En Prefabricados Dena se han portado muy bien y ahora nos llaman cada vez que tienen algo», relata Arrillaga. Y así, pedacito a pedacito y con miles de restos de azulejos de todos los tamaños y colores, alumnos y profesores han comenzado a dar forma a este peculiar banco. Serán los estudiantes de los próximos cursos los que se ocupen de terminarlo. Los de este recibieron ayer su diploma que acredita su tarea como autores de este peculiar asiento.