Piden 11 años de cárcel y más de 130.000 euros de multa para el acusado de tirar a un isleño del edificio náutico
A ILLA DE AROUSA
El ministerio fiscal le atribuye un delito de homicidio en grado de tentativa
22 oct 2021 . Actualizado a las 18:20 h.El próximo martes, día 26, un vecino de A Illa se sentará en el banquillo de los acusados de la sección segunda de la Audiencia de Pontevedra. El ministerio fiscal lo considera autor de un delito de homicidio en grado de tentativa, y pide para él once años de cárcel y cuantiosas multas: solo las que están cuantificadas —y quedan varias categorías por sumar— ascienden ya a más de 130.000 euros. También se pide para el acusado una orden de alejamiento al respecto del joven al que agredió.
Los hechos que se le imputan a este vilanovés se remontan al mes de marzo del año pasado. Ocurrió poco antes de que la pandemia del covid-19 lo trastocase todo. Fue el 8 de marzo cuando el ahora acusado se encontró con otro vecino de A Illa en un pub de la plaza de O Regueiro. «Sobre las cuatro de la madrugada, la víctima abandonó el citado pub y regresó a pie a su domicilio», relata el fiscal en su escrito. Por desgracia, la noche no acabó ahí. «Encontrándose ya en su domicilio [la víctima] recibió una comunicación telefónica del procesado, pidiéndole que fuese a recogerlo a la zona conocida como O Charco». Tras hacerlo, continua el relato acusatorio, «siguiendo las instrucciones [del acusado] condujo hasta el edificio de usos náuticos». Una vez allí, «ambos se bajaron del vehículo y subieron hasta lo alto de la construcción, momento en el que el procesado le pidió que se quitase el bolso bandolera que llevaba puesto y, acto seguido, de forma súbita e inesperada, aprovechando que [la víctima] se hallaba casi totalmente girada de espaldas, y siendo el procesado mucho más alto y corpulento, la agarró de la cintura y de las piernas, la alzó en el aire y, con el propósito de acabar con su vida, la arrojó al vacío desde una altura de ocho metros».
El ahora acusado de intento de homicidio cogió el teléfono de su víctima, 60 euros y la documentación, deshaciéndose de todo excepto del móvil, en una playa, donde lo encontró todo una mariscadora.
La víctima de esta tremenda agresión no falleció, pero el fuerte golpe contra el suelo de hormigón le provocó traumatismo abdominal, pélvico, de extremidades, y «de no haber recibido el oportuno tratamiento» esas lesiones podrían haber sido mortales. No fue el caso. Ingresó en el CHOP, donde permaneció hasta el 20 de abril: primero en la UCI y luego en planta, siendo intervenido en varias ocasiones. Luego, tras recibir el alta, precisó rehabilitación hasta el 2 de marzo de este mismo año. Aún así, le han quedado graves secuelas tanto físicas, como estéticas y morales.