Sendos homenajes a Kobe Bryant y a Super Mario han aparecido en paredes de la localidad
16 nov 2022 . Actualizado a las 08:34 h.Hace 35 años una pintada triunfaba en la fachada trasera de la Casa da Xuventude de Vilagarcía antes de que el, en su momento de moda y ahora denostado, rojo inglés la tapara: «La moda nos ataca; defiéndete y vete en pelotas». No había entonces muchas pintadas en la ciudad. Otra mítica que estuvo hace muy poco tiempo también fue trending topic y era imposible no verla al salir de misa porque estaba a la vera de la iglesia de Santa Baia y no había manera de borrarla. Se resistía pese a que más de una capa de pintura intentó taparla sin éxito. «Galiza non é unha praia de Madrid», decía.
Era el Twitter de la época y hoy en día, como muchas veces sucede con la red que ahora dirige Elon Musk, más que ingenio lo que se suele encontrar en los muros es barullo y ganas de aparentar. Hay más firmas, repetidas por doquier, sobre todo donde no deberían estar, que ingenio y buen gusto. Por eso, cuando se encuentra algún remanso de paz en forma de clase y categoría destaca. En Vilagarcía han aparecido en los últimos meses un par de ejemplos.
Joyas escondidas
El primero de ellos está relativamente escondido y no es fácil dar con él. Se encuentra en la rúa Edelmiro Trillo, en un pequeño ventanuco de uno de las casa tapiadas que están al fondo de la calle. Se trata de un pequeño Super Mario Bros, que de lejos parece una pegatina, pero que al aproximarse a él desvela su grandeza. En realidad está hecho con pequeñas baldosas o azulejos, de un tamaño tan ínfimo que sorprende, cuyo diseñador ha combinado para formar la figura característica de este icono de Nintendo. El gorro rojo lo delata: es Mario y no Luigi.
Igual de desapercibido, por su tamaño y por el lugar en el que está situado, es el homenaje a Kobe Bryant y su hija Gianna, fallecidos hace ya casi tres años en un accidente de helicóptero.
En ese caso son cuatro pequeños azulejos que, juntos componen la imagen del famoso jugador de baloncesto y de su hija. Aquí, al margen de la calidad de la imagen, espléndidamente lograda, sobresale la altura a la que está colocada en una fachada de la calle Méndez Núñez, también en pleno centro de Vilagarcía. En realidad, parece una placa, que, además es probable que le gustaría a sus protagonistas si hubieran tenido oportunidad de verla.
Dos pequeñas joyas que embellecen las fachadas de Vilagarcía más allá de las aburridas placas habituales con los nombres de las calles y un ejemplo que no estaría mal que tuviera continuación, porque no sería esta, desde luego, una moda de la que tuviéramos que defendernos viviendo en pelotas.