El equipo interdisciplinar de la USC inicia la búsqueda de los restos de 18 republicanos en Vilagarcía

AROUSA

El estudio de la fosa común de Rubiáns marcará la pauta para el resto de los trabajos de dignificación de las víctimas de la Guerra Civil en Galicia
16 nov 2021 . Actualizado a las 19:36 h.El Plan Cuadrienal de Memoria Democrática de Galicia, fruto de un convenio entre la Universidade de Santiago de Compostela y la Xunta, con el impulso de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, establece a partir de hoy su primera escala, y lo hace en Vilagarcía. Bajo la coordinación del catedrático de Historia Contemporánea de la USC, Lourenzo Fernández, Prieto, un equipo multidisciplinar compuesto por arqueólogos, historiadores, forenses y genetistas tratará de hallar y analizar los restos de las 16 personas asesinadas tras el estallido de la Guerra Civil que el grupo Histagra, que dirige Fernández Prieto, ha podido identificar y recibieron sepultura en la fosa de Rubiáns.
El número de los ciudadanos que murieron a manos de las fuerzas franquistas y yacen en el mismo lugar del cementerio municipal de Vilagarcía podría incrementarse a 18 personas, puesto que en la capital arousana existe memoria de otras dos víctimas y de su probable entierro en esta fosa común.
El equipo de arqueólogos
Tras la extensa labor de documentación y el trabajo desplegado con los familiares de los asesinados y la asociación O Faiado da Memoria, llega el momento de abrir físicamente el enterramiento. Una vez autorizada la intervención por el Concello de Vilagarcía y la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural, las máquinas comenzarán a operar en Rubiáns a partir de esta mañana, dando paso al equipo de arqueólogos que, adscritos también a la Universidade de Santiago, dirige José Carlos Sánchez y se encargarán de la excavación en sí.
El análisis de los cuerpos que se recuperen correrá a cargo de Fernando Serrulla, un antropólogo forense del Instituto de Medicina Legal de Galicia. Por último, el estudio genético será efectuado por el equipo de Xenómica que encabeza Ángel Carracedo, una autoridad mundial en el análisis del ADN. El profesor Lorenzo Fernández Prieto advierte que ha pasado mucho tiempo, del orden de 85 años, y que la cautela con respecto a lo que su gente pueda encontrar en Rubiáns es la actitud más sensata. El último paso consistirá en la dignificación de las víctimas. Serán sus familias quienes decidan si sus restos continúan en la fosa o reciben otro tipo de tratamiento.
Paseos, tiroteos, incendios, torturas y acciones de guerra
La casuística de los 16 asesinatos documentados en el seno del proyecto Nomes e Voces, germen del protocolo que ahora se pondrá en marcha en Vilagarcía, encierra todo tipo de episodios. Muchos de ellos, verdaderamente espeluznantes. Josefa Barreiro González, una labradora de Trabanca-Badiña afiliada a la CNT, fue torturada y fusilada por haber escondido en su casa a Urbano Tarrío. Este, un jornalero de Vilagarcía de 26 años, había sido abatido en una «acción de guerra» tres días antes. A Matías Bouzada Torrado, carpintero de 31 años, también de la capital arousana, lo torturaron en el cuartel de la Falange y lo mataron por negarse a revelar el paradero de su hermano Manuel, quien pasaría largos años en prisión tras ser capturado, tiempo después. Su cadáver apareció en una cuneta. Pilar Fernández Seijo, apodada la Montañesa, se ocultaba en una vivienda junto a dos personas más. La Guardia Civil le prendió fuego a la casa y consideró el incendio otra «acción de guerra».