Costa Pillado: «Me decepciona la crisis del sistema judicial»

Bea Costa
Bea Costa CAMBADOS

AROUSA

Martina Miser

El presidente del Consello Consultivo de Galicia opina que «hay jueces que no deberían estar en la Administración de Justicia y deberían irse a la política»

15 feb 2021 . Actualizado a las 22:53 h.

Cambados es conocido, entre otras cosas, porque ha dado artistas y escritores de renombre. Lo que quizá pocos conozcan es que esta villa también vio nacer al destacado jurista José Luis Costa Pillado, que a sus 66 años acaba de subir un nuevo peldaño en su carrera. El lunes tomó posesión como presidente del Consello Consultivo de Galicia, un cargo que conoce bien, no en vano llegó a la casa hace doce años en calidad de conselleiro y en el 2014 fue nombrado presidente.

En el 2021 repite en el puesto con la satisfacción que le supone hacerlo con el respaldo unánime de sus compañeros del Consello y del arco parlamentario. «Es muy gratificante», apunta este hombre poco dado a dar entrevistas. La pandemia la está viviendo prácticamente confinado en su casa de Castrelo (Cambados), al pie de la ría de Arousa y rodeado de viñedos, que para algo es cabaleiro do Capítulo Serenísimo do Albariño. Durante años Pontevedra fue su ciudad, adonde llegó a finales de los ochenta para ejercer en las jurisdicciones Civil y Penal y, después, en el primer Juzgado de lo Contencioso Administrativo de la provincia.

José Luis Costa ha tocado todos los palos; ha enjuiciado conflictos de herencias o de urbanismo, instruido procesos por asesinatos o delitos económicos... y los dictámenes del órgano que preside han sustentado todos los reglamentos del gobierno de la Xunta e incluso leyes aprobadas por el Parlamento Gallego. En su haber, como juez, cuenta con unas 15.000 sentencias —que son muchas— y se congratula de que ninguna fuera enmendada por el Tribunal Supremo. Desde el Consello Consultivo emite cada año más de 700 dictámenes e informes; uno de los últimos fue a propósito de la guerra de competencias abierta entre la Xunta y los concellos (Fegamp) en relación a la tramitación y resolución de las sanciones derivadas de la crisis sanitaria (por no llevar mascarilla, no respetar los cierres perimetrales o incumplir los aforos, entre otras cuestiones), que se resolvió con la firma de un convenio entre ambas partes. El Consello se pone de plazo un mes para emitir sus resoluciones, pero, en este caso, el presidente Núñez Feijoo tenía el informe en su mesa a los siete días de pedirlo.

En sus inicios, a falta de folios, tenía que redactar las setencias en papeletas electorales Costa todavía se entusiasma ante este tipo de retos porque la carrera judicial es para él más que un oficio. Sus inquietudes intelectuales y profesionales le han llevado a explorar todas las vertientes de la profesión y a afrontar desafíos como lo fue en el 2015 redactar el anteproyecto de la Lei de Financiamento das Formacións Políticas de Galicia, por la que se prohibieron las donaciones a los partidos políticos, convirtiéndose en pionera en España. Y en la vanguardia estuvo también el Consello cuando decidió abrir su radio de acción a los concellos, diputaciones y otros organismos de la administración pública, además de atender los requerimientos de la Xunta. Como su nombre indica, su función es meramente consultiva, pero, en la práctica, sus informes actúan como elementos de arbitraje, evitando que algunos conflictos acaben siendo pasto de litigios judiciales. «Le quitamos mucho trabajo a la Administración de Justicia», explica. Es una labor callada y con escasa proyección pública, de ahí que el Consello Consultivo de Galicia sea un órgano tan desconocido por la ciudadanía en general, a pesar de que resuelve cuestiones que afectan a la vida diaria de los gallegos.

Martina Miser

El trabajo de Costa en su despacho de Santiago poco tiene que ver con el de sus inicios, cuando llegó a la glamurosa Ibiza de los años ochenta, con 28 años y el título bajo el brazo. «Entonces ni había medios ni acceso a jurisprudencia en la que apoyarse». La mayoría de las leyes databan de la época franquista y, con la Constitución recién salida del horno, los jueces contaban con herramientas escasas y obsoletas a la hora de dictar sentencia. «Había que tener una gran visión y una gran preparación en el conocimiento de los principios constitucionales». Y, todo ello, escribiendo de su puño y letra y sin un folio al que echar mano, hasta el punto de que tenían que recurrir a las papeletas sobrantes de la última convocatoria electoral para hacer sus anotaciones. Nuestro protagonista da fe de ello.

Las cosas han cambiado mucho desde entonces. Ahora hay más recursos, pero, pese a todo, Costa Pillado no acaba de estar satisfecho. Le preguntamos sobre la situación de la judicatura en España. «Me decepciona la actual crisis del sistema judicial», afirma, «no está funcionando adecuadamente». Y con la que está cayendo en relación al Consejo General del Poder Judicial sacamos a colación el papel de la política en este ámbito. Él afirma no haber sufrido presiones de este tipo ni cree que se produzcan, «otra cosa es que haya jueces que no deberían estar en la Administración de Justicia y deberían irse a la política, a mí los jueces que entran y salen de la judicatura me perturban». Lo dice sin estridencias, con la mesura que imprime su carácter amable y su larga experiencia.

Currículo

A los 28 años tuvo su primer destino como juez en un juzgado de instrucción de primera instancia en Ibiza. Un año después volvió a Galicia para ejercer en A Estrada y en 1988 ascendió a magistrado, lo cual le llevó a los juzgados de Pontevedra. Tras una década ejerciendo en las jurisdicciones Civil y Penal, en 1998 se pone al frente del primer Juzgado de lo Contencioso Administrativo de Pontevedra y, de ahí, da el salto al TSXG. Forma parte del Consello Consultivo de Galicia desde el 2008, órgano en el que ocupa la presidencia desde 2014.