La última memoria del Ministerio del Interior pone de manifiesto que de los algo más de 1.100 reclusos del centro penitenciario de A Lama, aproximadamente el 9,6 % de los mismos son preventivos. Esto es, están pendientes de juicio, ya sea en un Juzgado de lo Penal o en la Audiencia Provincial de Pontevedra. Por su parte, Instituciones Penitenciarias cifró hace escasos días en un 6 % el porcentaje de mujeres internadas en esta cárcel.
De este modo, nueve de cada diez reclusos están cumpliendo algún tipo de condena. En su mayor parte se trata de personas que han sido procesadas por delitos de robo o contra el patrimonio, mientras que una cifra nada desdeñable de internos están relacionados con algún tipo de operación policial antidroga. Ya en menor medida se sitúan los que tienen sobre sus espaldas homicidios y asesinatos, agresiones sexuales y delitos de lesiones.
En este sentido, todas las fuentes consultadas remarcar que internos de la peligrosidad del guineano Fabrizio João Silva Ribeiro, el Hannibal Lecter de las cárceles españolas, son puntuales. Así, sostienen que no deben llegar al medio centenar en toda España los presos que requieran de las extremas medidas de seguridad que se le están aplicando a este último en el penal pontevedrés.
De hecho, inciden que son muchos los reclusos que han protagonizado hechos terribles y crímenes sanguinarios que, posteriormente, no dan problema alguno una vez se adaptan al régimen de las cárceles.