Los fuertes vientos que azotaron la comarca provocaron que se cayese encima de un taxi, entre otras incidencias
11 dic 2017 . Actualizado a las 09:27 h.Una transformación absoluta. La imagen de lluvia y viento que pudo verse ayer a lo largo y ancho de la comarca arousana nada tiene que ver con la que desprendía últimamente. El agua volvió a ríos como el Con y los paraguas acompañaron a los viandantes que salieron a calle. Pero, no solo eso. El paso del temporal ha generado una buena lista de incidencias en los municipios arousanos, donde los efectivos de los servicios de emerxencias no han tenido descanso: árboles y contenedores volaron de un lado para otro. Voló incluso un árbol de Navidad. El de Vilanova, que cayó sobre un taxi, cuando, por fortuna, su conductor no se encontraba en su interior. Hasta allí se dirigieron integrantes de la Policía Local, que optaron por anclarlo al suelo para evitar que pueda volver a caerse. Las luces de Navidad también fueron protagonistas en Vilagarcía: un Papá Noel y su reno se descolgaron del alumbrado de la calle Moreira Casal.
El paso de Ana también ha dejado numerosas bolsas de agua. Calles como Rey Daviña, Rosalía de Castro, Rodrigo de Mendoza y la Avenida de Rubiáns, de Vilagarcía, se convirtieron, ayer, en verdaderas riadas. Otras calles, como Magnolio, tuvieron que cortarse al tráfico. El agua también llegó a algunos hogares; como dos viviendas de la urbanización de O Rial, y al Centro Sociocultural de Rubiáns. A la espera de que se cambien las ventanas por donde acostumbra a entrar el agua cada vez que llueve fuerte, hubo que recurrir a los carteles de la Festa da Camelia para proteger los muebles.