«Que entre todos paremos el tiempo»

carmen g. de burgos PONTEVEDRA / LA VOZ

AROUSA

«Tengo unas ganas de volver que muero», dice Pablo Alborán ante su concierto de hoy en Pontevedra

11 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Parece que habla por inercia, pero no. Lo hace de corazón. Como casi todos los artistas a los que se pregunta sobre su último concierto en el sitio al que vuelven, Pablo Alborán se deshizo en elogios sobre Pontevedra. Lo hizo durante la conversación que mantuvo con La Voz antes de su espectáculo, que esta noche, a partir de las 22 horas, inundará de música el recinto exterior del Pazo da Cultura.

Y lo hacía de verdad. Lejos de seguir una pauta más que aprendida, el malagueño hablaba de verdad. «Uau» fue la primera palabra que dijo cuando echó la vista atrás para recordar el show que ofreció en el 2012. El escenario fue el mismo que el que esta noche volverá a dar la bienvenida a uno de los cantantes y compositores más famosos de la década. Solo que aquella vez fue dentro e íntimo, y esta será en el exterior, y estará cargado de variedad y de sorpresas.

Será «un concierto de dos horas en donde pasará de todo, literalmente. Nos ponemos a bailar todos -confiesa entre risas-. He puesto a bailar a todos mis músicos; me quieren matar. Pasamos del baile al acústico, donde nos mantenemos algunas canciones; luego una más roquera, otra más jazzística, una más de percusiones, con instrumentos de vientos que le dan un toque muy rítmico. A mí los vientos me transmiten buen rollo». Es el adelanto que el propio artista se atreve a aventurar del espectáculo musical y visual que ofrecerá esta noche en la ciudad del Lérez.

«La idea es que la gente se lo pase bien, que se olvide de los problemas, de los desamores, de los problemas económicos, de los que hay en la calle, y que nos olvidemos de todo durante dos horas», asegura, con la voz cargada de energía y de convicción. «Que entre todos paremos el tiempo, esa es la idea», asume como reto con ilusión no disimulada.

Si es a orillas del Lérez, mejor. Por varias razones. Para empezar, en su primer concierto en el Pazo «hicimos un acústico maravilloso y la verdad es que lo recuerdo con mucho cariño porque fue muy especial». Tanto que se aventuró a estrenar «una canción de Antonio Vega que me apetecía mucho cantar. Yo en los conciertos no suelo hacer versiones, pero me acuerdo que allí la hice. Era mágico poder tener ese concierto acústico; fue bonito». Solo los testigos presenciales podrán averiguar si esta noche, finalmente, el malagueño vuelve a regalar a Pontevedra algún tema nuevo que inmortalice la fecha, no solo para sus fans, sino para el propio músico.

Mucho más que fans

Y eso que el cariño que tiene a la ciudad del Lérez le viene directamente de su órgano más sensible: la música. «De Pontevedra sé que tenéis un festival de jazz espectacular, que creo que se hace en la plaza del Teucro, he visto un par de deuvedés, y que tengo unas ganas ya de volver que te mueres, imagínate».

La imaginación queda en manos de sus fans, a las que no hay quien gane en originalidad y perseverancia. Sobre todo, en esto último. Buena prueba de ello son las cuatro noches que dos jóvenes de Vigo llevan durmiendo en la tienda de campaña que instalaron en la zona ajardinada del Pazo da Cultura. Querían ser las primeras, y ese logro ya no se lo quita nadie. Como tampoco le quitarán a Laura el mérito de celebrar su primer año de carné de conducir viajando en coche desde Barcelona a Pontevedra con tres amigas más. Solo para verlo y cruzarse dedicatorias: él sus canciones, ellas todo lo demás.

Él lo hará desde un escenario de 24 metros de ancho por 12 de profundidad a través de 100.000 watios de luz y sonido y un potente equipo de vídeo. Ellas desde un recinto de 6.000 metros cuadrados que comenzarán a ocupar a las 20.30 horas, cuando se abran las puertas, y ensordecerán con sus coros a partir de las 22 horas, cuando el cantante salga a escena y eclipse por unas horas cualquier otro acontecimiento. Es lo que ocurre cuando el tiempo se para con Pablo Alborán.