La ordenanza de uso, seguridade e conservación de las playas era otro de los temas estrella del pleno que se celebró ayer. De nuevo, los ediles vieron como a las puertas del Concello les esperaban una docena de perros con sus dueños para recordar la reivindicación de un colectivo que reclama que los canes tengan un espacio reservado en alguno de los arenales de Vilagarcía.
Tania García recordó que la ordenanza se creó a propuesta del PSOE y fue «froito de moito debate» por los numerosos asuntos que debe tratar. Citó, además de las dificultades de convivencia entre canes y humanos, la accesibilidad a los arenales o la posibilidad de practicar deportes en las playas. Para Juan Fajardo, sin embargo, la ordenanza deja fuera los problemas reales de las playas, que no son otros que la calidad de las aguas y la convivencia del turismo con el marisqueo. Y apuntó el portavoz de EU que Ravella parece que se olvida definitivamente de la bandera azul cuando permite que la Autoridad Portuaria está vertiendo los escombros que tiene en la zona del Ramal directamente al mar.
Tanto Tomás Fole como Tania García rebatieron los argumentos de Fajardo subrayando que el Concello no puede regular algo que es de competencia autonómica como son los parques de cultivo, «e o dereito á información sobre a calidade das augas si que está recollido», replicó la socialista. Desde EU se apuntó la conveniencia de colocar carteles que informen diariamente sobre las condiciones del mar algo que, apuntan, no recoge la ordenanza.
Para el BNG, que se abstuvo en la votación, la ordenanza no es necesaria en absoluto. Para empezar porque, en su opinión, parece orientada a una sola playa «cando hai máis no pobo», recordó María Villaronga. La intención, aseguró la portavoz nacionalista, es «fiscalizar á cidadanía» y se mostró convencida de que el texto podrá regular el uso de los arenales pero no solventará sus problemas.
La ordenanza se aprobó con los votos favorables del PP y PSOE, en contra de EU y la abstención del BNG.