El mercado típico de Meis recuperó ayer su esplendor de otras épocas
15 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Hubo un tiempo, en el que el municipio de Meis era famoso por sus mercados de ganado. Donde vecinos de toda la provincia se daban cita en su campo de la feria para comprar y vender y, sobre todo, para pasar el día. Había artesanos de todo tipo, vendedores de ganado y, por supuesto, los típicos callos en todos los bares de la localidad. Hace seis años, la asociación Cabemeis decidió que había llegado el momento de recuperar esas jornadas. Y así nació la Feira Labrega, que ayer celebró una nueva edición.
Un antiguo autobús recordaba a los visitantes, nada más acercarse al campo de la fiesta, que allí se vivía en otra época. Las mujeres lucían largas faldas, mandiles de cuadros y pañuelos en la cabeza. Los hombres, pantalones cortos y boinas. Hasta los músicos de la banda portaban trajes más típicos de los años treinta y cuarenta.
La de Meis era una feria de ganado. Y sus organizadores no se olvidaron de este aspecto. Por eso los animales fueron unos de los grandes protagonistas. Sobre ellos destacaban dos inmensos bueyes, cada uno de los cuales pesaba más de mil kilogramos. Los espectaculares ejemplares llamaron la atención de todos los presentes y eclipsaron al resto del ganado presente, que incluía vacas, burros y algún que otro caballo.
Antiguos oficios
Pero no solo los ganaderos estaban presentes en esta recreación. Había un latonero y varios alambiques, con los que antiguamente se destilaba la caña. También, agricultores con sus productos de la huerta y algún que otro puesto de artesanía.
De la comida se encargaron las tabernas de la zona, que sacaron al recinto sus propios puestos. En ellos se podía degustar pulpo, empanada y churrasco. Pero también el plato estrella de este municipio: los callos. A pesar del calor que se respiraba en el recinto muy pocos pudieron resistirse a probar una de las deliciosas raciones de esta receta que tan bien cocinan en este municipio arousano.