O Grove sirve centolla como aperitivo navideño

D.F.

AROUSA

Hasta el día 11 se celebran en la localidad las jornadas dedicadas a este crustáceo en las que participan 20 establecimientos

03 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

? Quienes durante la Festa do Marisco se quedaron con ganas de probar la centolla, por cuestión de la veda, tienen estos días la oportunidad de resarcirse y saciar el antojo. En la villa meca se celebran hasta el 11 de diciembre las Xornadas de Exaltación da Centola, en la que participan una veintena de restaurantes y casas de comida de la localidad.

El evento surgió hace ahora nueve años con el doble objetivo de promocionar este marisco -el más emblemático del puerto meco- y, al tiempo, proporcionar un atractivo añadido al sector turístico en temporada baja.

Aunque en esta edición aún no se están cumpliendo las expectativas, los hosteleros mecos confían en que durante los días festivos y , especialmente, el último fin de semana, se haga más palpable el flujo de visitantes. De hecho, en pasadas ediciones los hoteles de la localidad alcanzaron índices de ocupación similares a los del verano.

Diferente planteamiento

El planteamiento de estas Xornadas difiere por completo del de la Festa do Marisco. Si en aquella los puestos de venta se centralizan en O Corgo, en estos días la centolla se despacha en los establecimientos adheridos.

Cada uno de ellos decide el tipo de platos que oferta a sus comensales y fija su precio, si bien desde la organización se aconseja cierta moderación, teniendo en cuenta que se trata de unas «jornadas de exaltación».

Este año, en el que la centolla es de extraordinaria calidad pero no abunda, el precio medio al que se está sirviendo en los restaurantes grovenses se sitúa entre los 30 y los 35 euros por kilo, aunque hay quien advierte que la próxima semana su cotización se puede incrementar.

Además de la oferta en los restaurantes, el programa de actividades de las jornadas incluye un concurso de platos -cuyo fallo se dará a conocer el día 10-, otro de centolla viva, la posibilidad de realizar un salida en un barco marisquero y, como novedad de este año, una velada de gastrosexología, que tuvo lugar ayer. Con una cena a base de centolla servida a bordo de un catamarán se intentó demostrar que este crustáceo abre todo tipo de apetitos.