O Xufre y O Cavadelo se llenaron de barcos de l0s que se retiraron los restos de fuel con la esperanza de que no vuelvan a mancharse con la negra cargadel«Prestige»
06 dic 2002 . Actualizado a las 06:00 h.A Illa olía ayer a gasolina y a disolvente. Aunque el fuel del «Prestige» había dejado de amenazar, al menos por el momento, el ánimo de los arousanos, A Illa se levantó temprano. Desde primeras horas de la mañana, un auténtico zafarrancho de combate invadió el muelle de O Xufre. Nunca antes este espacio había vivido una actividad tan intensa como en los últimos días. Pero ayer el movimiento no era ya tan desesperado. Venga lo que venga, la ría había ganado su primer combate contra la marea negra. Llegaba el momento de la limpieza. Lanchas y planeadoras comenzaron poco a poco a dejar el agua. Allí, en la explanada trasera del muelle, se había habilitado un espacio para eliminar de las embarcaciones los restos del combustible dejado por el tétrico rastro del «Prestige». Los isleños se convirtieron en una cadena humana. Una grúa sacaba las embarcaciones del agua. En el puerto las esperaba una batería de hombres para colocarlas en un carro y trasladarlas hasta el área de limpieza. Otra marea de trabajadores esperaba aquí para lavar y refregar hasta que ya no quedasen huellas del fuel. Finalmente, otra grúa devolvía las lanchas a su medio natural. Y en medio de tanto trabajo no faltaron los voluntarios. Su trabajo ayer fue principalmente el de distribuir entre los trabajadores reconstituyentes bocadillos, bebidas y yogures. Grandes embarcaciones Mientras tanto, los barcos esperan su turno para ser limpiados. Si en principio se pensó en instalar barreras de protección y un skimmer para librarlos del combustible dentro del agua, finalmente se decidió que las embarcaciones de mayor tamaño también debían salir del agua. El puerto de Vilagarcía fue el lugar elegido para su limpieza. Hasta allí se trasladarán los barcos y allí se ha montado un dispositivo para lavarlos. Este operativo consiste en un compresor y un camión de agua a presión con los que se eliminarán los restos de fuel del «Prestige». Si los vientos les ayudan, los marineros de A Illa tendrán mañana un día de descanso. El lunes, después del gran susto, parece que todo el sector podrá volver a su trabajo habitual.