«Non se pode parar porque se se para, morremos todos, isto acábase»

María Cuadrado Fernández
MARÍA CUADRADO XOVE / LA VOZ

A MARIÑA

XAIME RAMALLAL

Multitudinaria marcha a pie y de vehículos en Xove por el futuro de la industria del aluminio

07 jun 2020 . Actualizado a las 12:19 h.

El comercio y empresas de Xove gestaron el miércoles una marcha reivindicativa y este sábado entre 4.000 y 5.000 personas, según la organización, y una flota integrada por más de cincuenta camiones, furgonetas, turismos, hormigoneras y tráilers de firmas de la zona se movilizaron para reclamar la continuidad de la industria del aluminio. Fue una marcha ciudadana, de familias al completo, de trabajadores en activo de Alcoa San Cibrao y de auxiliares. También jubilados, entre ellos algunos llegados hace varias décadas desde Asturias o Valladolid para incorporarse a la factoría; se asentaron en la comarca y hoy tienen a hijos o nietos en la multinacional. Entre las enseñas y carteles, muchos hechos a mano, los del Xove FS, de la asociación de mujeres Bolboretas, del Anpa del colegio o los que portaban ciudadanos de a pie convencidos de que «sen industria non hai futuro», reclamando un estatuto electrointensivo y dejando claro que darán la batalla «por unha fábrica que é nosa».

En la cabeza, a la pancarta O pobo en loita polo emprego, le seguía un coche fúnebre, dos ataúdes y los manifestantes, de riguroso luto para denunciar lo que a Xove y a toda la comarca se le viene encima si cierra la industria. Blancas, negras o de colores eran las mascarillas, y azules las camisetas y toallas que cuelgan de ventanas de edificios de la travesía, una imagen que se repite en muchas otras calles de cualquier localidad mariñana, porque es difícil encontrar un concello sin vecino vinculado a la factoría.

Gente a pie arropada por un gran despliegue de vehículos que salieron en caravana desde el polígono para unirse a los manifestantes en el centro. Todos a una. En la misma dirección. Consignas y bocinazos. A su paso, tiendas y negocios cerrados con carteles en los que se podía leer: «Sen industria non hai futuro». Es un sentir general, el de una comarca con los cinco sentidos puestos estos días en Madrid, Pittsburgh y Santiago.

«A xente está moi preocupada. Aquí non hai nin tintes políticos, nin sindicalistas, só é un apoio do comercio e do tecido industrial local e de toda A Mariña pola preocupación que se sinte polo peche da industria do aluminio», reconocía Juan Carlos López, presidente del Aciam de Xove a su llegada a la rotonda de Beltrán, en el enlace del corredor, punto que alcanzó la cabeza de la marcha a las 13.46, tres cuartos de hora después de su inicio.

López es consciente de que el anuncio de 534 despidos y el miedo por el futuro de la fábrica aluminera impacta de lleno: «Aféctanos moitísimo, directa ou indirectamente. Todos os que vivimos na Mariña, e atrévome a dicir que a unha porcentaxe ampla da provincia, dependemos da economía circular que proporciona sobre a zona Alcoa ou non Alcoa, senón a industria do aluminio (..) Se Alcoa se quere ir, que se vaia ou que a venda ou que alguén faga o que teña que facer para que a industria do aluminio siga en pé». Insistió en que toca seguir peleando, aún más, por la continuidad de la industria: «Non se pode parar porque se se para, morremos todos, esto acábase».

Jesús, trabajador retirado, acudió a la protesta con su máquina de oxígeno portátil: «Hai que vir apoiar»

Agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local de Xove se ocuparon del tráfico en una marcha en la que se vieron muchos niños, jóvenes y también jubilados. Entre ellos, Jesús Roca, vecino de Palmeiro (Xove), que trabajó en la fábrica desde finales de los años setenta hasta que se jubiló y que este sábado, pertrechado con su máquina de oxígeno portátil, participó en la manifestación. «Hai que vir apoiar para que non pase o do 87, co do Casón», reconocía sentado en un banco de la travesía descansando del primer tramo: «A solución pasa pola enerxía, polo estatuto».

Al final de la marcha, en la confluencia de la antigua carretera con el corredor, los manifestantes hicieron un pasillo y aplaudieron el paso de los vehículos que secundaron la protesta. Entre ellos, transporte de mercancía, de obras y mantenimiento, del sector de la fruta, de la industria, de la hostelería... «E mañá (por el domingo) toca Viveiro. Enerxía solución», se escuchó.