«Está de moda todo produto de entre as décadas dos 40 e 60 do século pasado»

Yolanda García Ramos
YOLANDA GARCÍA A PONTENOVA / LA VOZ

A MARIÑA

Imagen de la última edición de la feria de antigüedades y artesanía pontenovesa.
Imagen de la última edición de la feria de antigüedades y artesanía pontenovesa. carlos gavino< / span>

Particulares y sector de turismo rural acudieron a la feria de A Pontenova, donde lo «vintage» pega con fuerza

08 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo antiguo está de moda. Decir que es una tendencia moderna, y en auge, puede parecer contradictorio. Pero así es. El pasado fin de semana no hizo falta en A Mariña programar ninguna fiesta histórica de las que en verano suelen copar la agenda con ese particular homenaje al antepasado pero captado hasta por teléfonos de última generación. A Pontenova vivió su última Feria de Antigüedades y Artesanía sin perder ni un ápice el brillo de anteriores ediciones, confirmaba ayer Francisco Martínez desde la organización. A la hora del balance (calculó entre siete y ocho mil visitantes este año), destaca la contribución local a ese mundo donde nada se tira, todo se aprovecha y lo viejo es sinónimo de valor añadido: «En A Mariña non hai moitos anticuarios. Pero dentro da comarca, na Pontenova, pese a que somos de ?mar adentro?, hai moita tradición de antigüedades e somos unha referencia xunto con Sarria dentro da provincia de Lugo».

Por eso no es de extrañar que profesionales del negocio entendieran que había que estar sí o sí en la cita pontenovesa, incluso público llegado desde más allá de la costa lucense. Atrae tanto a particulares como a propietarios de casas de turismo rural, coleccionistas y hasta «o curioso que pasa por un stand pero pensando que vén só a comer á Pontenova», dice. El fenómeno del coleccionismo es el imán para una cita así: «É para o que máis se vende, a peza que entra polo ollo, un xogo de café, unha botella curiosa, un xoieiro... Un moble é moi apetitoso na feira pero está o tema de que é difícil de transportar. Se o vendedor ten a sorte de vender uns mobles, a facturación sube». Un comedor puede rondar los 2.700 euros, un dormitorio 1.700, pone como ejemplos de precios de artículos de gran volumen. Aunque el tirón viene de pequeñas reliquias: «A cerámica de Sargadelos traballouse bastante. Houbo fontes por menos de mil euros, da terceira época».

«Por avisos de propietarios de casas particulares que se venden, casas que se renovan por dentro e os titulares dos anticuarios, que somos bastante viaxeiros e tamén nas feiras, onde funcionan moito os cambios entre os vendedores». Señala Martínez que así es como habitualmente se consiguen las piezas que llegan al mercado. Las más codiciadas son, añade, «o principal, pola conservación da peza, logo a época e tamén, algo que é moi importante, o prezo». «Aínda que hai o tópico de que as antigüidades son caras e son artigos de luxo, por iso a veces hai alguén reticente á compra», finaliza.

En un momento en el que el reciclaje se está replanteando y revalorizando, lo cool hoy en día es lo vintage, confirma: «Todo produto de entre as décadas dos 40 e dos 60 está de moda. Para min a feira das feiras é Almoneda en Madrid. Madrid marca tendencia. Na última vin loco. Cada vez lévase menos o rústico e máis a peza de época».

«O sector dos anticuarios adaptouse perfectamente á situación de crise»

Francisco Martínez