Varios constructores han demandado y ganado juicios a entidades bancarias exigiendo que cumplan sus compromisos de financiarlos
16 ene 2014 . Actualizado a las 07:07 h.La retirada de buena parte de los contenciosos de la Xunta de Galicia contra las licencias de obra concedidas en Barreiros no ha provocado en relanzamiento del sector de la construcción. Todas las expectativas suscitadas se vinieron abajo en apenas unos meses por la falta de liquidez, porque las entidades bancarias, en grave crisis, se negaron a financiar los proyectos.
El bum urbanístico de Barreiros no ha sido tal; varios promotores ya han renunciado a las licencias de obra (el Concello tuvo que devolver el pasado año en torno a 180.000 euros a un promotor); buena parte han desaparecido con las empresas liquidadas, y las grúas siguen paradas en muchas promociones. De hecho, en la actualidad solo hay dos en marcha, las únicas que se reanudaron. Una de ellas se encuentra en la recta de San Miguel y según las fuentes consultadas de su conclusión se está encargando directamente una entidad bancaria, que ha contratado a otras empresas para acabar la obra. Muchos constructores están a la expectativa de ver en qué acaba este «experimento» y de conocer el precio con el que la entidad bancaria saca al mercado los pisos.
La otra promoción se encuentra en la zona de las inmediaciones de la playa de Altar. Son unas cincuenta viviendas y avanzan muy lentamente.
Los promotores consultados reconocen que con los precios que está sacando al mercado los bancos el stock de viviendas concluidas tienen muy difícil competir. Pero el problema no es solo ese, sino la falta de financiación. Varios constructores han presentado y ganado demandas contra entidades bancarias exigiendo que cumplan los compromisos que adquirieron de financiarlos. Uno de ellos, que de momento prefiere mantenerse en el anonimato y que pleiteó contra Novagalicia Banco para continuar una promoción de unas 180 viviendas, manifestó ayer: «Es materialmente imposible terminar una obra teniendo que recurrir constantemente al embargo para poder cobrar las certificaciones de obra», como está siendo su caso. Y añadió: «No acatan la sentencia y no nos queda más que solicitar el embargo. Así es imposible trabajar».