Acusan a los habituales y a pescadores deportivos desde embarcación
08 sep 2012 . Actualizado a las 07:06 h.Los furtivos amenazan los recursos de percebe del sector pesquero de San Cibrao. No solo por los habituales, identificados y repetidamente multados, sino también por los «supostos pescadores deportivos que, con máis tecnoloxía e medios, aproveitan as pleamares para collelo nas illas», explica Javier Sánchez, el patrón mayor. Un guardia jurado vigila la extensa franja del pósito de San Cibrao donde se cría ese marisco, y los profesionales lo refuerzan fines de semana y festivos. Así intentan controlar las zonas donde se puede extraer en bajamar. Para actuar en pleamar, la cofradía carece de una embarcación, que precisaría en su intento de preservar un marisco del que dependen 27 familias.
En nombre del sector pesquero de San Cibrao, Javier Sánchez expresa el temor a que «arrasen con todo». Las concesiones de la cofradía sancibrense van desde Rueta hasta Cal. Los furtivos habituales aprovechan los «fáciles accesos» a los lugares donde crece el percebe. Según el patrón mayor, ciertos pescadores deportivos, a bordo de embarcaciones y equipados con trajes de neopreno, aprovechan las pleamares para sustraerlo en islotes de Os Farallóns y Sarón.
Solo marisco en la lonja
Vigilando procuran disuadir a los furtivos para que dejen de «estar aquí seguido», añade Javier Sánchez. No basta, porque continúan creando «moítisimos problemas». Apelan a la Administración, a la Xunta y a la Diputación, con idea de que cooperen para dotar a la cofradía de una lancha de vigilancia. Actúan en defensa de una fuente de ingresos vital para los profesionales con permiso para extraer percebe, 23 marineros, tripulantes de diez barcos, así como cuatro mariscadores de a pie.
Ayudas como las que piden para una embarcación son las que permite al pósito «sobrevivir, porque sen ela sería imposible». La Consellería do Mar subvenciona al guarda que controla los bancos de percebe y paga el sueldo de la funcionaria que atiende la oficina de la cofradía.
Con las cuotas de los alrededor de 70 afiliados y los 3.000 euros de subvención que les entrega la Diputación, «imos cubrindo gastos». Javier Sánchez agrega que, con el dinero disponible, la cofradía tiene que hacer frente al alquiler de su sede, de una cámara frigorífica y de un almacén en Morás: «Menos mal que nos cobran tarifas superreducidas, que se non...». De ahí que pidan colaboración económica para la lancha de vigilancia y que se vean obligados a aparcar la proyectada renovación de equipos informáticos.
El pósito cedió hace años la gestión de la lonja a una empresa privada, filial de Puerto de Celeiro. Solo subasta marisco, porque el pescado que capturan los 18 barcos sancibrenses «véndese en Burela». Javier Sánchez reconoce que para la cofradía «sería inasumible» gestionar la lonja: «Menos mal que a ten Puerto de Celeiro».