LA TRIBUNA | O |
09 abr 2005 . Actualizado a las 07:00 h.ME PIERDO con tanta oferta de operadoras de telefonía, con tanta oferta de precios, con tanta variedad de posibilidades, con tanto regalo. Y me hundo en la miseria con el recibo que amablemente me envían a fin de mes con las llamadas minuciosamente detalladas. Y me sumo en la más profunda de las depresiones cuando llamo para pedir que me arreglen una avería, o para que me den un número de teléfono o para informarme de una duda. Me pasan de un departamento a otro, me entretienen los minutos de espera con una musiquilla, me dicen que llame el lunes y cuando ya se me sube la adrenalina, la amable señorita escucha sin decir palabra, como si oyera a un loco. Y luego me inundan el buzón de una propaganda costosa, donde me ofrecen nuevos móviles y tarifas regaladas y por la tele me machacan con esos anuncios originales, que es que encima parece que te pagan por usar el teléfono. Por favor, reclamo el viejo espítiru de telefónica, pido por todo lo que más quieran que incluyan una asignatura para interpretar todo lo relativo al trato con las empresas de telefonía. Y por favor, que no me digan además, que han tenido pérdidas.