Hipótesis sobre un naufragio

A MARIÑA

PEPA LOSADA

Crónica | El «Siempre Casina» dispara la rumorología Las dudas sobre las circunstancias del trágico hundimiento desencadenan todo tipo de comentarios, aunque los hechos conocidos demuestran que algunos son infundados

17 mar 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

No es un fenómeno nuevo. Cuando una noticia concita el interés ciudadano y no existen datos concretos sobre las circunstancias en que se produjo, proliferan los comentarios. La rumorología se dispara, incontenida e imparable. El trágico naufragio del pesquero burelense Siempre Casina ha dado pie a todo tipo de hipótesis. Aunque los hechos conocidos hasta el momento demuestran que algunas de ellas carecen del mínimo fundamento, las dudas sobre el antes, el durante y el después del siniestro están propiciando situaciones sorprendentes. Tanto que, en determinados aspectos, las fábulas están imponiéndose al sentido común y, lo que es peor, a los criterios técnicos. Cierto es que quienes investigan el hundimiento no descartan en principio ninguna posibilidad, por descabellada que pueda parecer. Pero también es verdad que muchas, hayan trascendido o no, sólo se tienen en cuenta por atenerse al procedimiento. Desde el pasado 22 de febrero, cuando el Siempre Casina se fue a pique a 21 millas de Ribadeo, hasta hoy mismo, opiniones, críticas y fábulas se han sucedido. Aunque los hechos y las investigaciones han desmontado varias, la conciencia colectiva no renuncia a darles crédito. Las autopsias Ocho muertos, dos de ellos desaparecidos, y un único superviviente es el trágico saldo del naufragio. La autopsia desvela que los seis tripulantes localizados a bordo murieron ahogados, de forma fulminante, en un intervalo comprendido entre las doce de la noche y las ocho de la mañana. Desde un primer momento, como última esperanza, se planteó la posibilidad de que alguno hubiese podido sobrevivir algunas horas gracias a una burbuja de aire. Aferrándose a esa opción, los más osados llegan a asegurar que algún tripulante habría tenido tiempo de escribir un mensaje, según unos, en un papel y, según otros, en un mamparo (pared). De poco vale que las autoridades desmientan la aparicion de ningún mensaje. «Es más propio de una novela de Julio Verne, pero aquí no se puede descartar nada», declaró el jefe de seguridad marítima de la Capitanía de Burela acerca de la hipótesis de que el barco se fuese a pique tras colisionar contra una ballena. Cobró fuerza cuando apareció un ejemplar en Luarca, que murió por un fuerte impacto, según la necropsia. En el varadero se comprobó que el buque no tenía abolladuras ni en los costados ni en la quilla y un helicóptero vio a la ballena viva el día 25, tres después del naufragio. Mención especial, y aquí ya es cuestión de opiniones a partir de la sucesión de los hechos, merecen las numerosas críticas sobre el dispositivo de salvamento y sobre el reflotamiento del pesquero. Las investigaciones apuntan a que el naufragio pudo haber ocurrido a las 3,14 horas del día 22 de febrero, cuando se paró el reloj del puente de mando. Salvamento Fisterra recibió a las 7,02 horas información dando cuenta de que la radiobaliza se había activado, aunque la posición exacta del barco no se supo hasta las 8,20 horas, 78 minutos después. Salvamento comenzó movilizar medios de rescate a las 7,15 horas. El pecio permaneció en el lugar del hundimiento hasta el mediodía del siguiente, cuando empezó a ser remolcado hacia la ría de Viveiro, donde entró el 24 de febrero, cuando los buzos localizaron a bordo seis cadáveres. El 2 de marzo logró ser remolcado hasta el muelle de Celeiro y finalmente fue reflotado el día 4. Ayer seguía en ese puerto. Críticas por la lentitud Desde varios sectores, especialmente el pesquero, se critica el tiempo transcurrido entre el naufragio y la entrada de los buzos a bordo. Muchos consideran que sobran fórmulas para retirar el barco del lugar del hundimiento el primer día, con lo cual los buzos podrían haber investigado antes su interior. El operativo de reflotamiento también ha sido cuestionado, por su lentitud y por el método elegido.