«¡Que se tire, que se tire!»

JORGE LLAMAS

AL SOL

Óscar Vázquez

Cientos de personas se lanzaron por el tobogán acuático instalado en Vigo

27 ago 2017 . Actualizado a las 23:17 h.

«Yo no puedo saltarme la cola», dijo el alcalde nada más llegar a la zona de lanzamiento del tobogán acuático instalado ayer durante todo el día en la calle de Colón en Vigo. De esta forma adelantaba Abel Caballero su intención de no convertirse en un usuario más del nuevo elemento de esta peculiar Disneylandia en que está convirtiendo Vigo. Claro que la chavalada no quedó muy satisfecha con el razonamiento del regidor vigués. «¡Que se tire, que se tire, que se tire!», contestaron a coro los niños, mientras esperaban en la mencionada cola. «No me tiro ni borracho», contestó Caballero, mientras mostraba su eterna sonrisa y chocaba las manos a diestro y siniestro.

Y es que la ocurrencia fue un éxito de participación. Niños y adultos hicieron cola durante más de media hora para lanzarse por los 130 metros de longitud que presentaba el artilugio hinchable. Quizá hoy, los pediatras tengan trabajo extra porque la tarde tampoco estaba para muchos baños y menos para andar descalzo por las aceras. Pero con una banda sonora que tuvo como protagonista en algún momento el himno a John Guidetti como tema principal tampoco se podía echar atrás nadie.

Oscar Vazquez

La instalación del tobogán provocó el cierre al tráfico de la parte inferior de la calle de Colón y el último tramo de la dedicada al Marqués de Valladares, donde se situaron otros dos hinchables menores destinados a los niños más pequeños. En todo el material desplegado para esta Festa da Auga lucía el lema Cíes, obxectivo patrimonio da humanidade. La única objeción manifestada por los pacientes usuarios fue el largo de tiempo de espera. Para que no coincidiesen dos personas en el tobogán a la vez, los tiempos de partida se alargaron en demasía.

En el entorno del alcalde Abel Caballero se hablaba en tono de broma sobre la posibilidad de alargar el tobogán el año próximo desde la plaza de España hasta la de América, aunque visto lo visto hasta ahora, ya a nadie le extrañaría tan siquiera que la próxima Navidad la pista de deslizamiento sea sobre nieve.

Oscar Vazquez

Una larga espera 

Es una norma de seguridad, pero ralentizó demasiado la espera de los usuarios. Para evitar que coincidiesen dos personas al mismo tiempo en el recorrido del tobogán, se producían muy espaciadas las salidas. Aproximadamente, cada minuto salieron cuatro personas. Esto obligó a realizar largas esperas en la cola del acceso a la rampa. El tobogán medía 130 metros de longitud, que fueron disfrutados de diferentes maneras, especialmente por los niños que se atrevieron a lanzarse por la calle colón abajo.