La Fiscalía acorrala a Berlusconi por incitar a la prostitución de menores

maría signo ROMA / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Afirma que tiene pruebas, pero el primer ministro considera las acusaciones una farsa

10 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Los fiscales de Milán solicitaron ayer que el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, sea juzgado en un juicio inmediato bajo la acusación de incitación a la prostitución de menores y abuso de poder por el caso Ruby R. Será ahora la jueza Cristina Di Censo quien decida si abrir el juicio y para ello cuenta con cinco días prorrogables. También tendrá que establecer si el caso es competencia del Tribunal de Milán o si, como dice la defensa de Berlusconi, es el Tribunal de Ministros el órgano que tiene que examinarlo. Para ello tendrá que contar con la opinión de la Cámara de Diputados del Parlamento, que consideró que las atribuciones para abrir el proceso no corresponden a la Justicia milanesa.

La defensa del primer ministro también sostiene que el procedimiento inmediato solicitado es contrario a la Constitución italiana. Aunque el fiscal jefe de Milán, Edmondo Bruti Liberati asegura que existe la «evidencia de la prueba», lo que permite juzgar a Berlusconi por esta vía. También esto tendrá que establecerlo la jueza Di Censo. La pena a la que se podría enfrentar Silvio Berlusconi es de 15 años.

La reacción del primer ministro ha sido dura. En una rueda de prensa y claramente enfadado, afirmó que «estas medidas violan la ley y van contra el Parlamento porque la Fiscalía de Milán no tiene competencia ni funcional ni territorial». Además, se preguntó «quién pagará por este asco y esta vergüenza, al final pagará el Estado. Encausaré al Estado, visto que los jueces no tienen ninguna responsabilidad». Insistió en que las acusaciones son infundadas, y la investigación, «una farsa» cuya única finalidad es la «difamación mediática». Y denuncia que «han echado fango» sobre su persona a nivel internacional.

Intentando quitar importancia al escándalo, Berlusconi añadió que no está preocupado porque es «un rico señor que puede pasar su vida haciendo hospitales para los niños del mundo, como he deseado siempre».

Sobre la acusación de abuso de poder por haber llamado el pasado 27 de mayo a la comisaría milanesa para que liberasen a la menor Ruby R., el primer ministro reiteró, siguiendo a su defensa, que su intervención había sido como presidente del Gobierno porque le «preocupaba que pudiese haber un incidente diplomático» con Egipto, ya que estaba convencido de que la joven era pariente del presidente Hosni Mubarak.