El taxista inglés pudo perder la cabeza por una disputa por la herencia de su madre

Imanol Allende LONDRES/LA VOZ.

INTERNACIONAL

Entre las personas que mató a tiros están su hermano gemelo y el abogado de la familia.

04 jun 2010 . Actualizado a las 23:13 h.

Tras el terror llegaba la incomprensión, y de su mano, la necesidad de dar respuesta a la pregunta que se hacían ayer los ingleses tras la matanza protagonizada por el taxista de Cumbria, Derrick Bird, que en casi tres horas acabó con la vida de doce personas. ¿Qué llevó a Birdy a disparar de manera indiscriminada en unos casos y predeterminada en otros, para finalizar suicidándose? Aunque no existe una respuesta oficial, todo indica que pudo deberse a una disputa familiar por la herencia de la madre enferma.

Esta es la teoría que encajaría con la trayectoria de Bird, que bajo un estado de enajenación disparó primero a su hermano gemelo, David, un mecánico de Lamplugh, y tras ello al abogado de la familia, Kevin Commons. Las hijas del hermano gemelo dijeron que no había ningún problema familiar, pero Bird tenía problemas de dinero y pudo ver a David y al abogado como responsables de que él saliera peor parado en el testamento de la madre, que tiene 90 años y se encuentra enferma de gravedad.

Ya no había vuelta atrás; después de ellos los siguientes serían sus compañeros de la parada de taxi de Duke Street, en Whitehaven, en especial tres de ellos, con los que la noche anterior había mantenido una disputa agria y prolongada por la facilidad con la que se saltaban la cola de taxi y recogían pasajeros cuando no les tocaba el turno. Les disparó a bocajarro y como consecuencia murieron dos, quedando el tercero en estado crítico. Una de las víctimas mortales es Darren Rewcastle, de 43 años, un hombre al que le unía una larga amistad.

Desde Whitehaven, Bird viajó en su taxi armado con un rifle de calibre 22 y un arma corta, por las localidades costeras de Egremont, Wilton, Gosforth y Seascale, disparando contra los viandantes con los que se encontraba. Tras ello se adentró hasta la aldea de Boot, donde tras chocar con un Land Rover abandonó el vehículo y se refugió en el interior de una pequeña zona boscosa. Allí se pegó un tiro con el rifle.

Radio de 30 kilómetros

Uno de los taxistas heridos es Terry Kennedy. En la localidad de Egremont asesinó a la mujer de 57 años Susan Hughes, mientras esta hacía las compras. Bird se bajó del vehículo y le descerrajó dos tiros a corta distancia con su rifle. Tras ello condujo durante unos 600 metros y mató a Ken Fishburn, un jubilado; en Wilton asesinó a Spike Dixon y a una pareja de jubilados, Jimmy y Jennifer Jackson. Su siguiente víctima fue Garry Purdham, de 31 años, un ex jugador de rugbi profesional, que ayudaba a su padre en un campo cercano a la carretera. Y así hasta doce personas muertas y al menos once heridas. La mayoría presentaban tiros en la cara. Su único error, estar en el lugar incorrecto en el momento incorrecto, esto es, los casi treinta kilómetros por donde circuló Bird durante las tres horas en las que su único propósito fue dejar un reguero de sangre y muerte a su paso.

Bird contaba con una licencia de armas desde hacía quince años y la última renovación la había pasado sin problemas. Nunca había tenido problemas mentales ni estaba medicado, pero en 1990 fue condenado por robo y pasó un tiempo en la cárcel. La ministra del interior, Theresa May, prometía ayer una revisión de la ley de armas de fuego, aunque indicó que sería un error actuar de manera precipitada por lo sucedido en Cumbria el miércoles.

La legislación británica pasa por ser una de las más estrictas del mundo en control de armas de fuego. El primer ministro británico, David Cameron, tiene previsto visitar hoy a la región de Cumbria.