La Unión Europea respondió ayer con firmeza a la ocupación rusa de Georgia, aunque rechazó imponer sanciones a Moscú y mantiene el diálogo con la esperanza de que se avenga a una solución negociada.
En un lenguaje duro, los Veintisiete condenaron la «reacción desproporcionada» de Rusia a la acción militar georgiana en Osetia del Sur y calificaron de «inaceptable» su decisión de reconocer la independencias unilateral de esta región y de la de Abjasia. «La solución del conflicto debe basarse en la independencia y la integridad territorial de Georgia y no en la política de hechos consumados», dejó claro el presidente de turno de la UE, el francés Nicolas Sarkozy, al término de la cumbre extraordinaria en Bruselas.
Los Veintisiete exigieron además a Rusia que cumpla todos los compromisos del acuerdo de alto el fuego y complete inmediatamente la retirada de sus fuerzas de ocupación del territorio georgiano. «Mientras no se haya producido la retirada de las tropas [rusas] a sus posiciones anteriores al 7 de agosto, se suspenden las reuniones encaminadas a la negociación del acuerdo de colaboración» entre la UE y Moscú, han acordado los dirigentes europeos. Además, la Unión advierte que va a estudiar «atentamente y en profundidad» las diferentes dimensiones de su relación con Rusia, de aquí a la cumbre bilateral prevista para noviembre en Niza.
«Vigilantes»
En ese intervalo, los europeos permanecerán «vigilantes» sobre el comportamiento de Rusia, que esperan sea «responsable y fiel al conjunto de sus compromisos».
La condena de la conducta de Rusia en el reciente conflicto va acompañada en las conclusiones del Consejo Europeo de un claro mensaje de apoyo político y económico a Georgia, y de un guiño a Ucrania, otra república ex soviética que Moscú trata de distraer de Occidente. «No podemos volver a las esferas de influencia. Yalta ha quedado atrás», advirtió Sarkozy.
Pese a la firmeza de estos mensajes, la Unión Europea no cortará los puentes con Moscú.
El lunes Sarkozy viajará a Moscú, acompañado del jefe de la diplomacia europea, Javier Solana, y del presidente de la Comisión de la UE, Jose Manuel Durão Barroso, para tratar de obtener del presidente ruso, Dmitri Medvédev, avances en la aplicación íntegra del plan de paz.
En la línea del Consejo Europeo, José Luis Rodríguez Zapatero condenó la postura de Rusia sobre la independencia de Osetia y Abjasia y recordó que España mantuvo siempre una posición coherente en cuanto a no aceptar este tipo de situaciones, como hizo con Kosovo. A la vez, opinó que «hay que restaurar la confianza con Rusia», porque «sería imperdonable volver atrás en la Historia».
Mientras, en Moscú, el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, culminó ayer la explicación, iniciada días antes por Medvédev y el primer ministro Vladimir Putin, de lo que será la actuación de Rusia en el terreno internacional a medio plazo. El uso de la fuerza será, a partir de ahora, para el Kremlin «una nueva norma de reacción».
«Si alguien lo dudaba, nuestras acciones en Georgia (...) deben haber disipado esas dudas», dijo.