Bush recibe al Dalái Lama pese a la oposición y amenazas de China

Óscar Santamaría

INTERNACIONAL

17 oct 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

El presidente estadounidense, George W. Bush, se reunió ayer con el Dalái Lama a pesar de las advertencias lanzadas por China de que el encuentro con quien considera un «peligroso separatista disfrazado de monje» podría dañar severamente las relaciones bilaterales de las dos potencias.

El líder espiritual del Tíbet viajó a Washington para recibir hoy la Medalla de Oro del Congreso, las más alta condecoración civil otorgada por el Capitolio, entre otros a Nelson Mandela y a la madre Teresa de Calcuta. El reconocimiento encendió los ánimos de Pekín, pero no tanto como la reunión privada anunciada con Bush. A puerta cerrada y sin decir a propósito la hora fija del encuentro, éste se celebró en la Casa Blanca sobre la una de la tarde, según se filtró en algunos medios.

Horas antes, el ministro de Exteriores de China, Yang Jiechi, pidió que se cancelaran los actos en los que iba a participar el Dalái Lama y advirtió que de llevarlos a cabo, tal y como sucedió, se «herirán severamente los sentimientos del pueblo chino, además de interferir en asuntos de política interna».

Injerencia

Constituyen una grave «violación de los principios básicos de las relaciones internacionales, hieren los sentimientos chinos y constituyen una grave injerencia en los asuntos internos» de China, dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Yang Jiechi.

Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca, Tony Fratto, señaló que entendían las preocupaciones de Pekín, pero dijo que Bush siempre había atendido este tipo de ceremonias en el Congreso, y desestimó que Washington estuviera interfiriendo en asuntos internos de China. No obstante, esta vez será la primera que un presidente estadounidense en activo aparece en público junto al Dalái. El portavoz añadió que Bush ya se ha reunido con él en otras ocasiones, por lo que no veían razón alguna para no hacerlo de nuevo. «Es una reunión con un líder espiritual, no lo es, por ejemplo, con un jefe de Estado», manifestó Fratto.

Esperanzas a los tibetanos

Uno de los asesores del Dalái Lama, Lodi Gyari, señaló que el hecho de que Bush acceda a reunirse demostrará «que a la gente le importa lo que pasa en el Tíbet». «No tengo dudas de que esto dará tremendas esperanzas a los tibetanos», señaló Gyari, para añadir que también servirá de recordatorio al Gobierno chino de que «el Dalái Lama no va a desaparecer» y dejar de lado su lucha.

El premio Nobel de la Paz, que lo recibió en 1998, es ampliamente respetado en todo el mundo en su condición de líder espiritual de los budistas tibetanos, al que China acusa de querer resquebrajar su soberanía nacional y su territorio clamando por la independencia del Tíbet, a pesar de que el Dalái Lama esté pidiendo en realidad un estatus de autonomía para esa región con seis millones de habitantes que fue invadida por China en 1951.

Como primera señal de su descontento con el recibimiento dispensando al líder espiritual, China ha aplazado una reunión entre los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad más Alemania para analizar el pulso nuclear con Irán.

La presencia del Dalái en Washington coincide con un momento en el que la agenda internacional ha vuelto a distanciar a ambos Gobiernos, no solo en asuntos como el de Irán, si no también en cómo abordar crisis como la de Sudán y más recientemente la de Birmania, en las que China aboga por no intervenir de forma contundente como busca EE.?UU. Igualmente, desde hace tiempo, la Casa Blanca y el Congreso han recrudecido sus críticas por las violaciones de los derechos humanos denunciadas en el país asiático.