Los casi 12.000 andaluces, levantinos, gallegos, murcianos, navarros o catalanes que este verano sudarán bajo las vides galas no acudirán a Francia para practicar el idioma. Lo harán por dinero y empujados en gran medida (desde luego mucho más que en otras campañas) por la crisis.? Los responsables de UGT admitieron ayer que la diferencia de salarios es «importante» con respecto a lo que se paga por una labor idéntica en España. «Se pueden recibir hasta 22 euros al día por una jornada de ocho horas», señaló un portavoz del sindicato. En Francia los temporeros cobran 69,68 euros, frente a los 48 euros diarios de España, es decir, que volverán con un salario mensual de entre 1.900 y 2.300 euros, lo que supone una diferencia de casi un 44% entre uno y otro país. Las mismas fuentes destacaron las «buenas condiciones» en las que se desarrolla el trabajo y los alojamientos ejemplares que los patronos ofrecen a los trabajadores. Los operarios españoles son bienvenidos por los franceses, ya que tienen fama de «cuidadosos» y de trabajar mucho. Francia y Bélgica (uva y fruta) son los principales países de destino de esta emigración de temporeros españoles. En menor medida hay jornaleros que optan por la recogida de flores en Holanda o por la menos rentable vendimia italiana.