«Igual que hay chicas Almodóvar, hay chicos Buenafuente»

Ch.?L. Monjas

TELEVISIÓN

«Salvados» despide su segunda temporada en La Sexta, y su presentador considera que el espacio se ha consolidado y tiene su propia «parroquia»

06 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Jordi Évole ha sacado partido al personaje que nació en Antena 3 por mandato del que entonces era su jefe, su amigo Andreu Buenafuente. A la audiencia le gustó la sinceridad y la caña que daba El Follonero y Évole pasó de guionista desconocido a estrella mediática con espacio propio, Salvados, que el domingo 12 de julio se despide temporalmente de La Sexta. «Todo empezó como una broma y mira dónde estamos», apunta el cómico catalán, que en esta temporada ha contado con el beneplácito de más de un millón de espectadores.

-¿Cómo ha llevado este segundo curso?

-Muy bien. Ha sido el curso de la consolidación. Al principio fueron unos especiales y pensábamos que se iba a quedar en eso, pero nos lanzaron el órdago de ser un espacio semanal y aquí estamos. Tenemos un parroquia que nos ha apoyado y a la que estamos muy agradecidos, porque con el tanto por ciento tan alto de fracasos que han tenido los nuevos formatos, nosotros nos hemos hecho un hueco.

-Siempre habla en plural.

-Yo soy el que da la cara, pero tenemos un equipazo detrás y eso se nota. Somos unas cuarenta hormiguitas, curramos mucho y no nos dejamos llevar por la primera idea, le damos muchas vueltas a las cosas y salimos a la calle con una meta.

-Además de alumno aventajado de Buenafuente, dicen que es uno de los profesionales mimados de La Sexta.

-Los directivos nos compraron el formato sin haber visto una imagen y nos dieron carta blanca. Nos han dejado probar y nos han cuidado. También hemos tenido suerte con factores externos, como no tener enfrente a Aída o un partidazo. Y sobre lo de Buenafuente, pues igual que están la chicas Almodóvar, hay chicos Buenafuente. Andreu nos ha mimado y dado una oportunidad de encontrar nuestro espacio. Primero vivíamos en casa de los padres, luego nos fuimos a un pisito de alquiler y ahora estamos con la hipoteca.

-No hay celos ni envidias.

-Nada de nada. Andreu fue quien me dio el primer empujón para que saliera, fue mi apoderado en la plaza. Es muy generoso con sus colaboradores. He aprendido mucho con él y cuando más rendimiento me podía sacar, decide que es el momento para que vuele solo.

-Cada vez se le ve menos por «Buenafuente».

-Voy cuando puedo. No doy para más. Salvados es muy exigente, no hay plató y hacemos muchos viajes. La ventaja son los puntos de las líneas aéreas, y lo peor, que veo poco a la familia.

-«Salvados» es un espacio travieso, burlón.

-Con ese mismo espíritu hay varios programas en esta cadena. Nosotros vamos con el gag en su cara, salimos fuera sin complejos y jugamos con el protagonista de la noticia. Utilizamos el sarcasmo y la ironía, pero nunca perdemos de vista que el tono del programa es amable. Nunca abandonamos la sonrisa.