La policía escolta a los trabajadores del servicio de basura de Ourense

Rubén Nóvoa Pérez
Rubén Nóvoa OURENSE/LA VOZ.

GALICIA

La concesionaria denuncia el sabotaje de tres vehículos en el segundo día de huelga indefinida

02 nov 2010 . Actualizado a las 02:46 h.

La ciudad de Ourense vivió ayer su segundo día con el servicio de recogida de basuras en huelga. Los efectos de la medida adoptada por los trabajadores de la concesionaria municipal comenzaron a hacerse visibles en la jornada de ayer. Contenedores rebosantes de basura, malos olores en sus inmediaciones y aceras sin limpiar fueron los primeros síntomas de un conflicto laboral que tiene a Ourense sumergida en una huelga indefinida del servicio de recogida de basura y limpieza viaria.

La zona vieja de la ciudad donde se acumulan los restos de una noche de movida en la zona de copas y los barrios eran los espacios donde más se visualizaban a primera hora los efectos de la huelga, que en sus primeras 48 horas quedó en parte camuflada al coincidir con dos jornadas festivas.

El conflicto que dejó a Ourense sin recogida de basura, excepto los servicios mínimos que fueron decretados por el alcalde de Ourense, el socialista Francisco Rodríguez, tiene carácter laboral. El despido de una trabajadora se encuentra en el origen del desencuentro. La empleada -despedida el pasado día 7 de octubre- figuraba en la relación de empleados que concurren a las elecciones sindicales en la lista de la CIG.

Sabotajes

Las dos primeras jornadas de paro no han estado exentas de incidentes. Según denunció la concesionaria Ecourense, las tensiones del primer día finalizaron con altercados y la identificación de tres miembros de un piquete informativo y el sabotaje de parte de la maquinaria de los servicios mínimos. Las escenas de tensión se repitieron en la jornada de ayer. «Sabotearon los tres camiones de los servicios mínimos. Los inmovilizaron y nos hicieron perder una hora y media», indicó el gerente de Ecourense, Juan Pérez.

La situación, según relata el responsable de la empresa de la basura, hizo que solicitaran escolta policial para completar la recogida de mínimos en los contenedores repartidos por la ciudad. «Non entendo o radicalismo da CIG neste proceso e o que hai detrás diso», señaló el responsable de Ecourense.

Por su parte, el responsable local de la CIG, Etelvino Blanco, rechazó todas las acusaciones realizadas desde la empresa. «Estamos acostumados a que este xerente sexa un manipulador e un mentiroso, e utilice unha política dictatorial», indicó Etelvino Blanco.

Las desavenencias entre la empresa y los trabajadores también llegaron a los servicios mínimos. La pretensión de los sindicatos de que solo trabajasen dos de los 180 operarios del servicio provocó la intervención del alcalde de Ourense, Francisco Rodríguez, que elaboró un decreto por el que estableció un retén de 31 empleados mientras dure la huelga. «Os servizos mínimos úsanse para casos onde a falta de hixiene pode ser problemática e non para suplir ás persoas de folga», indicó Etelvino Blanco.

De los 180 trabajadores de la empresa, una treintena renunciaron al derecho a la huelga.