Entre las universidades privadas que operan en el territorio estatal, una de las más reclamadas por los gallegos es la de Navarra, que contó el curso pasado con 308 alumnos procedentes de la comunidad.
Uno de ellos fue la estudiante de Medicina Sabela Peinó. Cuando hace tres años se examinó de selectividad, obtuvo suficiente nota como para cursar sus estudios en el campus de Compostela, su ciudad natal, pero decidió apostar por la afamada excelencia académica de Navarra. «Me dijeron que era de las mejores», admite. Sin embargo, ahora vuelve a estudiar el segundo ciclo a Galicia, a la Universidade de Santiago, ya que, aunque recomienda la experiencia de vivir fuera, explica, echa mucho de menos la tierra propia y la gente.
«Vivir fuera de tu casa es difícil, pero te enseña muchas cosas», asegura la alumna. «Ya he vivido la experiencia, y la recomiendo a todo el mundo, pero ahora prefiero volver a Galicia», confiesa. Ante el cambio de la enseñanza privada a la pública espera encontrarse con que la calidad sea la misma y se encuentre en el mismo nivel académico que sus futuros compañeros.