Las vacas de muchos concellos están más flacas que nunca. Agobiados por la falta de liquidez, reducen gastos e inversiones y aplazan el pago a proveedores
07 jun 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Una empresa reclama 38 millones de euros al Concello de Arteixo por el cierre de un basurero. El gobierno local busca la manera de eludir el pago. ¿Por qué? Para evitar la ruina. El caso de Arteixo es uno de los muchos que ilustran la asfixia financiera de los concellos, que han tenido que recortar gastos, guardar proyectos de algunas obras en el cajón o aumentar su deuda. Se han quedado sin margen de maniobra.
El verano pasado, el Concello de Mondoñedo se retrasó en el pago de la nómina a 78 de sus trabajadores. Fue la punta del iceberg de la crisis instalada en sus arcas. Aquel episodio no se ha repetido, pero según el alcalde, Orlando González (BNG), médico de profesión, Mondoñedo aún padece «anorexia, adinamia y astenia». «Nada máis que encender os focos que iluminan a catedral, tembla o Concello», explica. «Temos fondos para os gastos mínimos e moitas débedas», añade. La contraída con los bancos era de 1,7 millones de euros en el 2004, fecha de las últimas cuentas aprobadas, y con proveedores, de 7,3 millones.
La caja municipal de Viveiro (PSOE) se resintió ya antes del crac inmobiliario al suspender la Xunta las licencias de construcción en el 2006 y dejar de ingresar dos millones de euros al año. Varios de sus proveedores ya han recurrido al Instituto de Crédito Oficial (ICO) para cobrar deudas pendientes. En Foz ocurre otro tanto: sin licencias de obras y con un déficit en sus arcas de 4 millones de euros (los ingresos no llegan a 6). «A luz roxa está encendida», señala el alcalde, José María García Rivera (PSOE). En Ribadeo (BNG), con una deuda de 2,2 millones, recortan por donde pueden: por la noche apagan parte del alumbrado público.
«Un concello é como unha casa», asegura el alcalde de Vilalba, Gerardo Criado (PP). Por eso, ante la crisis, se aprietan el cinturón (han pasado del millón de euros por licencias de obras a ingresar 300.000) y meten la tijera en el gasto corriente. Ahora una sola empresa, y no varias, se encarga del mantenimiento de los ascensores del consistorio; los coches van a un solo taller y tienen la misma aseguradora; se han cambiado de compañía telefónica y aplican un plan de ahorro energético. Guitiriz (PSOE) ha destinado menos dinero a servicios de turismo y deportes, mientras que Xermade (PP) y A Pastoriza (PSOE-BNG) reducen la inversión en el mantenimiento de la red viaria, que en el último concello es de 500 kilómetros. Culleredo se adapta a la realidad económica. Este municipio coruñés es uno de los que más ha notado el parón del ladrillo. Según su alcalde, Julio Sacristán (PSOE), este año dejarán de ingresar entre 600.000 y 700.000 euros, cuando antes este capítulo aportaba un millón a sus arcas. Para ahorrar han recortado las partidas para jardines, fiestas y actividades educativas, e intentan economizar en el recibo de la luz: han puesto bombillas de bajo consumo en las farolas y colocarán paneles solares en los edificios municipales.
Los ingresos ordinarios del Concello de Carnota se elevan a 3 millones de euros, pero su deuda a proveedores es de 2,5 millones, y la financiera, de 1,5. «Se o Concello fora unha empresa privada estaría en quebra», indica su alcalde, José Oreiro (PP). La falta de liquidez les ha hecho renunciar a algunas obras porque la Xunta no las financiaba al 100%. Boiro también atraviesa un mal momento: tienen sin abonar facturas por 900.000 euros, arrastran préstamos de 9 millones y solo prevén ingresar 670.000 euros del impuesto de construcción. «Temos que pechar o grifo en deportes, cultura e servizos sociais», advierte el alcalde, Xosé Deira (BNG). Situación delicada en Verín. La escasez de fondos y las facturas pendientes han obligado al gobierno local de Verín (PP) a reducir casi un 16% los gastos en publicidad y un 24% en material de oficina, luz y teléfono, y ha influido en la negociación de mejoras en el convenio de los trabajadores, vencido hace dos años.
Su deuda está en 10,5 millones, el presupuesto de este año (10,3 millones) baja un 17% respecto al pasado y las inversiones apenas superan el millón de euros (frente a los 3,5 millones del 2008). El alcalde, Xosé Manuel Millán (BNG), admite que habrá retrasos en el pago a proveedores, no se podrá construir un auditorio ni comprar terrenos para ampliar un instituto.
Este concello de Deza debe, al menos, todos los pagos a proveedores del 2008 y abonan el recibo de la luz y la entrega de residuos con 2 o 3 meses de retraso. As Neves mete la tijera. La caída de ingresos ha forzado a este concello pontevedrés a aplicar recortes, sobre todo en los gastos de electricidad, teléfono, material para el personal, fiestas y ayudas a asociaciones y clubes. «O Estado recortounos a axuda en 60.000 euros, xusto cando a luz sube un 30%», recuerda el alcalde, Raúl Emilio Castro (PP).