La crisis ha forzado a muchos ayuntamientos a recortar servicios y personal para poder abonar las nóminas
07 jun 2009 . Actualizado a las 02:00 h.La crisis ha hecho mella en la situación -ya de asfixia crónica- de los concellos, que avisan de que el 2010 será «dramático» para sus economías. El municipalismo está en alerta, y tanto ayuntamientos como diputaciones y Fegamp (Federación Galega de Municipios e Provincias) coinciden en que este año «se ha podido ir trampeando» gracias a los alivios puntuales que han supuesto los planes E de inversión del Gobierno central, el bajo nivel de endeudamiento -que permite recurrir al crédito- y la liquidación positiva de los ingresos procedentes de la participación en los tributos del Estado del 2007 -el 13% de IRPF, impuesto de sociedades, IVA, e impuestos especiales corresponde a los ayuntamientos.
Los tributos del Estado representan el 40% del presupuesto municipal, y en el primer cuatrimestre del 2009 cayeron en Galicia un 20% de promedio, «un quebranto moi importante», subraya Rafael Louzán, presidente de la Diputación pontevedresa, que aporta un ejemplo clarificador: Mondariz, que ronda los 5.000 habitantes, «pasou de recibir por este concepto un millón de euros no 2008 a 670.000 euros este ano, un 31,4% menos».
Pero aun peor será el ejercicio próximo, «caótico, terrorífico», en palabras del presidente de la Fegamp y alcalde de Ames, Carlos Fernández, porque a la merma de los ingresos estatales -en torno a otro 20%- se sumará que la liquidación del 2008 es negativa, lo que podría incluso obligar a los concellos a devolver dinero a la Administración central, según prevé además la ley.
También decaerá, apunta José Manuel Pardellas, interventor de la Diputación coruñesa, la participación de los municipios en el Fondo de Cooperación Local que depende de la Xunta, ya que igualmente «está ligado a los tributos cedidos por el Estado». Pardellas recuerda que mientras bajan los ingresos, el coste del apartado de personal y los gastos corrientes siguen creciendo -la energía eléctrica, «muy gravosa», por encima del IPC.
Por supuesto, el parón del ladrillo no ayuda, ya que había concellos que suplían sus carencias con los ingresos por la actividad inmobiliaria. Son muchos los que hablan de municipios con recaudación nula en materia urbanística (ICIO, plusvalías, licencias, ventas de suelo...), aunque algunas ciudades grandes van manteniendo vivo el pulso del sector. En la provincia de A Coruña, según datos del presidente de la Diputación, Salvador Fernández Moreda, la caída en el primer cuatrimestre del 2009 ronda el 50%.
Tramos estancos
La única vía de ingresos que los ayuntamientos gallegos conservan en buena medida intacta son los tramos estancos -IBI, impuesto de vehículos, agua, basuras-, como mucho sometidos a algún leve incremento de morosidad, por ahora no detectado.
Todos los entes del municipalismo apuntan a la necesidad de una redefinición de competencias con la consecuente asignación de financiación para las que ahora se están asumiendo de forma impropia, de la misma manera que, a lo mejor, inciden, deben abandonarse si no hay dinero para costearlas. «Menos ingresos, menos servizos», recalca Antonio Gato Soengas, alcalde de Monterroso y responsable del área de cooperación y asistencia a los concellos de la Diputación de Lugo. Como también, agrega Gato, está sucediendo que «determinados postos de traballo non se estén a renovar». Personal contratado y laboral está cayendo de las plantillas locales, corrobora Louzán.
Más allá de la abstracta austeridad, son renuncias a las que se ven obligados los concellos para afrontar el abono de las nóminas de los funcionarios, que, pese a ciertas voces alarmistas, insisten Fegamp y diputaciones, no corren riesgos. No existe constancia, reseñan, de que hoy haya municipios que no puedan hacer frente a los sueldos, lo que no quiere decir que lo cumplan sin tensiones de tesorería. Pero priorizan el gasto de personal, por obligación, porque así lo exige también la ley, y si hace falta se posponen los pagos a proveedores.
La Xunta, asegura José Norberto Uzal, director xeral de Administración Local, «non ten noticia de caso algún de colapso».