Competencia no ve limpias las subastas que hacen subir el precio de la luz

La Voz

ECONOMÍA

04 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Era un rumor a voces en el sector, pero la Comisión Nacional de la Competencia ha decidido ponerle el cascabel al gato al filo del final de la legislatura. La CNC firmó hace dos semanas una resolución interna que todavía no se ha hecho pública sobre la investigación abierta a las eléctricas. En el documento considera probado el mal funcionamiento de las subastas eléctricas, donde se inflan los precios por motivos técnicos no debidamente justificados. Y constata además que las modificaciones regulatorias del Gobierno no han sido capaces de frenar estas distorsiones en el mercado.

El efecto de estas subastas condiciona en gran medida el precio de la luz que pagan todos los consumidores de la tarifa de último recurso (TUR), en total 24 millones de hogares y pymes. La semana pasada, la última subasta trimestral de la electricidad, la denominada subasta Cesur, terminó con una propuesta de subida superior al 11 %. Estas pujas determinan el 50 % del recibo de la luz, por lo que el Gobierno debería haber aplicado un incremento del 5,9 %.

El control, un problema

El Ministerio de Industria optó por utilizar su control sobre el otro 50 % del recibo para dejar la subida en cero. Es decir, rebajó en la misma proporción los denominados peajes de acceso, que miden los costes del sistema, incluidas las primas a las energías renovables o las más recientes ayudas al carbón nacional.

El problema detectado ahora por la Comisión Nacional de la Competencia es que estas subastas podrían estar sometidas a distorsiones por parte de sus actores. Y no es solo el organismo que todavía preside Luis Berenguer el que las ha puesto en entredicho. También el regulador del sector, la Comisión Nacional de la Energía, lo llegó a sugerir cuando manifestó al Gobierno su extrañeza en los niveles de subida que registran las subastas trimestrales en relación a las pujas diarias del pool, donde las empresas compran a diario la energía que después suministran. Y el problema es que, cada vez que el Gobierno detiene la subida de la luz, aumenta el déficit de tarifa, una cuenta que a día de hoy supera los 22.000 millones de euros.