Las entidades restringen los préstamos personales y solo los conceden a sus clientes
27 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Sostiene el Gobierno que el fin primero de la obligada recapitalización y bancarización de las cajas de ahorros es que vuelva a fluir el crédito para familias y empresas, en el convencimiento de que, si no hay dinero en el mercado, difícilmente podrá salir España de la crisis. Esa idea se la han rebatido los sindicatos, economistas como Luis de Guindos (de PriceWaterHouse) y hasta técnicos del Banco de España, entendiendo que si las cajas tienen que buscar capital para alcanzar los mínimos fijados por el Gobierno, la prioridad pasará a ser esa y no los créditos.
Una experiencia sobre el terreno esta misma semana permite advertir que las cajas, sobre todo las que tienen necesidades más perentorias de core capital, han decidido ya cerrar el grifo del crédito, en especial a los que tienen que ver con crédito personal y al consumo, aún no en el hipotecario. No hay dinero en el mercado y solo se financian operaciones de clientes, es decir, sobre quienes ya se tiene una base de comportamiento (ingresos, movimientos, posible morosidad...). O bien nuevos préstamos o refinanciaciones, para evitar que vuele a la competencia ese cliente. Al resto de los usuarios, directamente, o no se les ofrece nada o se ponen intereses sobre la mesa que disuaden a cualquiera.
¿Por qué sucede con ese tipo de créditos? Los préstamos personales son los que más capital consumen porque no tienen un respaldo detrás, salvo el aval personal. No hay una garantía hipotecaria u otro bien. Y a los bancos si no le interesa quedarse con pisos, mucho menos hacerlo con enseres personales. Un moroso a la vista supone detraer fondos para cubrir el montante concedido.
Ya no hay alegrías en la concesión de préstamos, al igual que tampoco se dan hipotecas por encima del 80% del valor de tasación. Los últimos datos de las cajas revelan que son una minoría de operaciones (apenas un 20% el total), y casi anecdóticas las que superan el 100% del valor tasado. Estas son las condiciones explicadas en diferentes cajas, inmersas en procesos de transformación, cuando se les consultaba por un préstamo personal de hasta 15.000 euros para poder adquirir un vehículo. El solicitante se presentaba con un trabajo fijo y un sueldo neto mensual de 1.100 euros.
Novacaixagalicia
Las condiciones varían si la caja tiene o no ficha del cliente, aunque sea de hace años y no opere ya con la entidad. Se autoriza la operación, con un 8% de interés a 8 años (período máximo), si ya se cuenta con el pasado de ese solicitante. En todo caso, los operadores consultados en las oficinas recomiendan tener un aval detrás (una segunda nómina) para respaldar la operación. ¿Qué sucede si uno no es cliente? Se empieza con un interés del 10%. En cualquiera de los dos casos se exige la suscripción de varios seguros, como el de coche, el de vida y de pagos, es decir, el que permite cubrir la cuota si uno se queda en el paro. Unos 1.000 euros más.
Caja España-Duero
La entidad líder de la vecina Castilla y León pelea por no convertirse en un banco. Le faltan unos 500 millones para que su ratio de capital llegue al 10%; por ahora está en el 8,2%, según presentó esta semana su consejo en León. Recibió alrededor de 500 millones de euros del FROB. Ofrece un interés TAE del 8,5% decreciente si se suscriben varios productos, como seguros que comercializa la entidad, hasta quedar en alrededor de un 7,5%. Exige una fuerte vinculación.
Caja Madrid
La segunda caja española está en fusión junto a otras seis (entre ellas, Bancaja, la tercera) para crear Banco Financiero, que se convertirá en el tercer mayor banco comercial de España. Ha recibido más de 4.000 millones en ayudas del FROB y no alcanza el 8% de capital que le exige el Gobierno a su ficha bancaria. En las sucursales consultadas la respuesta fue la misma: «Si no es usted cliente, no le podemos ayudar. Es decisión de la caja». ¿Y si uno se hace cliente domiciliando la nómina? «Es preciso ver su evolución durante tres o cuatro meses y después estudiar el caso de su préstamo».
Catalunya Caixa
Al igual que la anterior, cierra la puerta directamente a los no clientes. El préstamo arranca en un 14%, lo que disuade a cualquiera. Si el usuario se compromete a domiciliar la nómina, a partir del tercer mes se pueden estudiar operaciones, aunque exige una fuerte vinculación, tanto que se ofrece como aval suscribir un depósito cuya rentabilidad depende de la cotización del maíz, el azúcar y el café. Si no suben las tres, la rentabilidad es cero; si crecen, el interés se dispara, hasta el 7%. El préstamo, si se suscriben esos productos, puede llegar a tener un interés del 8%, pero tiene que ser autorizado previamente. Esta entidad ha aprobado su conversión en banco, pero podría seguir como caja gracias a una inyección extra de fondos del FROB, 1.000 millones que suman a los 1.250 autorizados en el 2010.
La Caixa
La primera caja del país también penaliza a los no clientes con un tipo de interés mayor. De todos modos, en las sucursales ponen un buen número de condicionantes para avalar la operación, que con el sueldo anteriormente descrito se queda fuera por motivos de riesgo de impago, aunque no se explique de esta forma. Por ello, piden un avalista o una segunda nómina.