«Tal e como están as cousas non podes animar aos rapaces a que inicien a actividade no campo»
ECONOMÍA
«Toda a vida estiven nisto, aínda que á fronte da explotación que teño coa miña nai levo catro anos». El caso de Francisco Quinteiro es el de uno de esos jóvenes que optaron por quedarse en el campo. Tiene 22 años y es uno de los troncos en los que tiene que apoyarse el relevo generacional que tendría que hacer competitivo al sector lácteo gallego. Pero los precios que están pagando las industrias no le dejan crecer, ser optimista. «Isto está moi mal», explica. Ahora maneja unas ochenta cabezas de ganado y tiene una producción anual de 450.000 kilos. Ha hecho mucho esfuerzo para lograrlo. «Nas explotacións meteuse moito diñeiro. Aguantas unha temporada, pero é moi complicado lograr unha liña de crédito nun banco. Logo tes que ter todo informatizado porque unha granxa que non teña tecnoloxía xa non pode competir. Pero agora tal e como está a cousa non se dá aguantado. Non dá tampouco para ter unha persoa de substitución», explica.
Pero como el lácteo, el resto de sectores también atraviesan momentos complicados. Hay algunos que marcharon y ahora vuelven al campo. «Algún hai, pero veñen traballar como empregados. O que fai falta é que veña man de obra cualificada», apunta.
El regreso de Toño Louzao hace un año a la granja familiar fue por otro motivo. Es carpintero, pero su padre ya no podía llevar solo treinta vacas de leche y otras tantas novillas que producen 312.000 litros de leche al año. Regresó, pero ve como «o prezo non cobre os gastos», cuenta. Y lo que no entiende es por qué en Galicia no hay un acuerdo de precios parecido al que hay en otros Estados como Francia o por qué la leche es un producto tan mal pagado cuando los productos industriales tienen un coste alto.
Relevo generacional
El contexto que atraviesa el lácteo y que describe este ganadero con explotación en Silleda (Pontevedra) es también un obstáculo que paraliza el relevo generacional. Los padres tiene miedo de animar a las nuevas generaciones a embarcarse en esta aventura incierta. «Agora os rapaces non teñen moito para onde marchar e mellor están no niño. Poderían pedir a axuda para empezar, pero iso tenos atados durante cinco años e, tal e como está todo, non hai que forzar, porque para non poder gañar a vida...», explica José Luis, un ganadero que tiene granja en Cospeito. Y es que los precios desaniman.