La norma de extensión que autolimitaba las capturas expiró en julio, lo que disparó el número de descargas
10 ago 2009 . Actualizado a las 02:00 h.El jurel fue en julio el tercer producto que más se abarató en toda España: un 4,49% con respecto a junio. La explicación es sencilla. A mediados del pasado mes venció el decreto por el que el sector gallego del arrastre limitaba de forma voluntaria sus capturas de esta especie durante los últimos cuatro años, con un tope de 400 cajas (6.000 kilos) por barco y día. La no renovación de este límite inundó de jurel las lonjas, hundiendo sus precios por debajo del umbral de rentabilidad que necesitan los armadores.
Por ese motivo, las principales organizaciones de productores emprendieron una negociación para retomar la norma de extensión que, tras varios intentos infructuosos, han dejado momentáneamente de lado. Así, según Torcuato Teixeira, secretario general de la organización de productores (OPP) coruñesa Pescagalicia-Obarco, «ata novembro ou decembro non se retomará a norma de extensión». Y es que, en las últimas semanas, la situación se ha normalizado, con una moderación de las descargas que ha permitido que los precios se recuperen. «A caixa está xa no nivel dos 10-15 euros nos que se movía cos topes». Durante los peores días de julio, algunas lonjas llegaron a vender los 15 kilos de jurel a 3 euros (0,20 euros el kilo). Algunos barcos descargaban en esa época entre 18.000 y 24.000 kilos, tres y cuatro veces más de lo permitido con el tope anterior.
Síntomas de agotamiento
Así, pese a que son precisamente las grandes OPP (Lugo, A Coruña y Marín) las que han defendido con más fuerza la utilidad de la norma de extensión, han preferido esperar hasta final de año para estudiar si la retoman, ya que la pesquería ha dado los primeros síntomas de agotamiento y, con ella, la crisis de precios ha remitido.
La principal traba para que el arrastre vuelva a autorregularse pasa por los controles. Las asociaciones de armadores piden que se extreme la vigilancia a los barcos que incumplen de forma sistemática el acuerdo. «Cinco ou seis barcos que non ven útil o acordo e o incumpren de forma sistemática», según apuntan.
De hecho, representantes de Pescagalicia-Obarco se reunieron el pasado día 20 con los directores xerais de Recursos Mariños y de Competitividade, Pablo Fernández y Juan Maneiro, que comprometieron que la Consellería do Mar extremaría los controles en puerto si el sector recuperaba la norma de extensión. Según los datos oficiales facilitados por el servicio de Gardacostas, durante el último año se efectuaron 175 inspecciones en arrastreros, de los que solo 9 acabaron con la apertura de actas de infracción por un exceso de descargas.
Arrastre y cerco
Este tipo de controles afectaría tanto a los barcos del arrastre como a los del cerco, que legalmente sí están sujetos a unos topes anuales. Y es que los armadores de los 101 barcos arrastreros advierten que solamente volverán a limitar sus topes de jurel si tienen la seguridad de que no seguirán sufriendo la «competencia desleal» de embarcaciones de otro tipo.