El brusco parón del mercado inmobiliario ha elevado de forma considerable el stock de pisos sin vender. Según datos hechos públicos ayer por el Ministerio de Vivienda, en España había a finales del pasado año 613.512 viviendas recién terminadas a la espera de comprador, de las que 31.798 se encontraban en la comunidad gallega. Esta cantidad representa el 5,1% del total español, un porcentaje equivalente al peso del PIB gallego en el conjunto estatal.
Los datos difundidos ayer por el Gobierno sobre el parque de viviendas suponen una foto reveladora del estallido de la burbuja inmobiliaria, con un brutal desplome de la demanda. La crisis del ladrillo ha afectado con mucha mayor crudeza al conjunto del Estado, especialmente al sur de España. Solo en la comunidad andaluza hay 104.861 pisos nuevos concluidos que no tienen comprador, el 17% del total estatal. Y casi la mitad de ellos se concentran en la franja mediterránea. Vivienda estima que del total de inmuebles residenciales que aguardan nuevo propietario el 70% se corresponden con la primera residencia, mientras que el 30% restante tendría un uso vacacional.
Impacto por comunidades
El Gobierno difundió ayer también información sobre el número de viviendas vacías por cada mil habitantes: Galicia, con 11,4, se sitúa entre las comunidades con la ratio más baja; La Rioja (25,3), Castilla y León (15,6) y Castilla-La Mancha (22,3), más despobladas, tienen una proporción mayor. En esta última autonomía es donde se ha proyectado una de las promociones más grandes de España y que se ha convertido en la foto más emblemática del pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Se trata del proyecto de Francisco Hernando en Seseña, donde preveía construir 10.000 viviendas y solo se han levantado unas 5.000.
En la comunidad gallega el estallido de la burbuja se asoció al concurso de acreedores de Martinsa-Fadesa, que se declaró el pasado verano.
La Asociación Gallega de Inmobiliarias constata que la gran parte de pisos nuevos sin vender están en la franja costera, en zonas de Barbanza, A Mariña y la Costa da Morte, y en algunas promociones de las siete ciudades. El pasado mes de marzo un grupo de 10 promotores gallegos se unió en un hotel de Santiago para subastar 60 viviendas de obra nueva ubicadas en toda la geografía gallega. Estos inmuebles se situaban en las poblaciones de Palmeira, Aguiño, Ribeira, A Pobra, Sada y Moaña, pero la jornada de pujas se cerró sin concretar ninguna operación por los elevados precios. Una buena parte de la actividad promotora gallega se ha situado en los últimos años en la franja costera ante la demanda de segunda residencia de ciudadanos vascos y, sobre todo, madrileños. Pero la crisis inmobiliaria, que suele afectar más a la segunda residencia, paralizó muchas ventas.
La situación actual
El Gobierno central calcula en su informe que, en Galicia, el número de viviendas libres promocionadas y que se encontraban en construcción se situaba a finales del pasado año en 53.406, de las que 29.299 están aún en pendientes de comprador y 24.107 ya fueron vendidas. De las que aguardan nuevo propietario, 12.619 se hallan en A Coruña, 3.192 en Lugo, 1.921 en Ourense y 11.567 en Pontevedra. En España, el número pisos en construcción es de 626.691, de los que 384.050 están sin vender.