El eurocomisario Almunia se suma a la propuesta de prolongar la vida laboral más allá de los 65 años

Natalia Bore

ECONOMÍA

29 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El mensaje que ayer lanzó el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, en su comparecencia ante la comisión del Pacto de Toledo fue coincidente, aunque menos catastrofista a corto plazo, con los de quienes le precedieron, entre ellos el gobernador del Banco de España. Y es que, para Almunia, ante el envejecimiento que azotará al país en el horizonte del 2060, y que disparará al 9% del PIB el gasto para atenderlo, es imprescindible acometer medidas.

Así, entre los «ajustes» que permitirían garantizar el sistema de pensiones en el futuro, el comisario europeo apuntó a «mover la edad de jubilación», es decir, incentivar la prolongación voluntaria de la vida laboral más allá de los 65 años, así como ampliar los actuales quince años que se tienen en cuenta para el cálculo de la cuantía de la jubilación y avanzar «hasta la separación total de las fuentes de financiación de la Seguridad Social».

Adelantó el eurocomisario las conclusiones del informe que, sobre la lucha contra el envejecimiento de la población y el sostenimiento de los sistemas de pensiones en el horizonte del 2060, aprobará hoy la Comisión Europea, y en las que también se apuesta por «promover el empleo», establecer una «estrategia de recepción e integración» de los inmigrantes, «promover la renovación demográfica creando mejores condiciones para las familias» y «asegurar la sostenibilidad de las cuentas públicas».

«El drama es no hacer nada»

Las proyecciones demográficas que maneja la Unión Europea muestran una fuerte presión del envejecimiento de la población -diferente en función de los países- y Almunia concretó que «en España esa presión se produce en algún momento de la década del 2020 al 2030», por lo que, dado que el país dispone de más tiempo que otros, instó a la adopción de medidas ya: «Si se actúa ahora, que aún hay margen, las actuaciones con visión de largo plazo son prácticamente indoloras; no hay que hacer ningún drama por hacer reformas con el tiempo que tiene la Seguridad Social española. El drama es no hacer nada».

Asimismo, insistió en que los «desafíos» eran ya conocidos, pero que la crisis económica precipita la urgencia de la necesidad de reformas, y trasladó a los políticos la responsabilidad de la toma de decisiones porque, como declaró, «los expertos ya han analizado el asunto» desde todos los ángulos posibles.

También destacó la importancia de que en España haya un consenso sobre el modelo del sistema de pensiones, algo de lo que carecen otros países.