El Banco de España rescató CCM en un punto de «excepcional gravedad»

ECONOMÍA

05 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Gusto por el beneficio rápido, inversiones poco acertadas, rumores y, finalmente, una fusión malograda y un maquillaje de números. Caja Castilla-La Mancha (CCM) ha sido la primera firma en mostrar flaquezas en el sólido sector financiero español, ese mismo en el que ahora se da por seguro que no será la última actuación de este tipo. Pero la intervención del Banco de España aprobada hace justo una semana no fue producto del arrebato de unas discusiones políticas. «Ya en el año 2003, el escrito de recomendaciones posterior a la inspección [del Banco de España] recomendaba a los administradores de esta caja, como a los de otras entidades, que reflexionasen sobre el volumen dedicado a financiar la actividad promotora», admitió el jueves en el Congreso Miguel Ángel Fernández Ordóñez. El gobernador del supervisor bancario aportaba así un dato clave que revela el origen del problema de la entidad: la elevada querencia por el ladrillo de algunas firmas y la advertencia, hace ya seis años, de que el ciclo se iba a agotar, por lo que el sentido común aconsejaba diversificarse. El Banco de España, sin embargo, no ha querido concretar a qué otras entidades se les dio ese mismo toque de atención ni cuántas eran. Por prudencia. Pero esa hipótesis lleva a ratificar a varios analistas la sensación de que esta no será la última intervención. El informe del Banco de España que justifica la actuación, seis páginas escritas el 28 de marzo (sábado, un día antes del Consejo de Ministros que llevó a intervenir la caja y sustituir a sus administradores) aporta las claves más sustanciosas. «Desde el punto de vista de la gobernanza [la dirección de la caja], la actuación ha sido deficiente», se apunta en el documento. En él se admite también que la intervención se produjo al presentarse una «situación de excepcional gravedad para la estabilidad, liquidez y solvencia». Motivo de esa mala gestión fue el desprecio del riesgo. «El equipo directivo sobrevaloró el ciclo expansivo con un exceso de posicionamiento en el sector inmobiliario tanto a través de financiación directa como de participaciones en empresas de ese sector», completa el informe, publicado por Expansión . El brazo inversor de CCM tenía acciones en 23 sociedades (sobre 68) vinculadas de una u otra forma a la construcción y promoción. Dos de ellas pertenecían en su totalidad a la caja. En total, un 40% de la inversión crediticia se concentraba en el negocio promotor. Cuando se desinfló la burbuja, la morosidad se disparó, la cobertura ante insolvencias se hundió y alguien se llevó las manos a la cabeza. «Desde el mes de enero todo esto no se debería haber consentido, aunque nosotros no lo dijimos antes para no contribuir a la alarma», explica Fernando Botica, delegado de CC.?OO. en la caja. En pérdidas Al finalizar el 2008, CCM publicó un escueto resumen de sus cuentas -aún no han sido presentadas oficialmente- en el que presentaba 30 millones de euros de beneficios netos, un 80% menos. Pero ganancias, al fin y al cabo. Se ha revelado como una falsedad. «Los ajustes estimados de la inspección se están terminando y pondrán a la entidad en pérdidas importantes, pero muy alejadas de las cifras que se están manejando públicamente», adelantó Fernández Ordóñez. Es decir, lejos del agujero de 3.000 millones con el que ha especulado del PP. Sin embargo, se admite que se mintió en la remisión de los datos. La cifra final se conocerá al acabar la auditoría en marcha. Con seguridad, se falseó para evitar entrar en barrena en plena negociación para fusionarse con Unicaja. «Cuando se presentan pérdidas, inevitablemente los clientes se van y es muy complicado remontar», advierte una fuente financiera.