Los malos indicadores económicos se acumulan en la Unión Europea y, para su desgracia, España figura en posiciones de cabeza en la mayor parte de ellos: las ventas minoristas se desplomaron en junio un 7,7%, la facturación de las grandes empresas nacionales intensifica su ritmo de descenso y los índices de producción y actividad que elaboran instituciones privadas ponen el acento en que la contracción ya afecta a la industria manufacturera y también a los servicios. Hasta el punto de que, en la presentación del Índice PMI Compuesto--más conocido como de Gestión de Compras- que elabora Markit para RBS, el economista jefe de esta entidad para la zona euro consideró «evidente» que España e Italia soportan una recesión técnica, con grandes posibilidades de que en lo que resta de trimestre esa situación se extienda al grueso de la zona euro.
Por eso, Jacques Cailloux apuntó que estos datos requieren un recorte de tipos de interés en el área monetaria europea, si bien reconoció que, debido a la aceleración de los precios finales, «parece que el BCE seguirá concentrando su atención en los riesgos de una inflación ascendente».