Astano se queda fuera del bum naval

ECONOMÍA

Mientras los astilleros de Vigo y Ferrol están saturados de actividad, la planta de Fene sigue infrautilizada, dedicada solo a la producción de trozos de barcos

27 abr 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Galicia registra actualmente el mayor bum naval de los últimos 15 años, con récord de pedidos y ocupación procedentes tanto del sector civil como del militar. El naval gallego no solo contabiliza paro cero, sino que necesita de más personal del que encuentra. En este contexto de plena expansión, a los astilleros de la ría de Vigo -dedicados al sector civil- les falta espacio para crecer, sobre todo en el ámbito de las reparaciones de barcos. Pero en la ría de Ferrol, el Estado mantiene, tres años después de la reconversión, a un gigante como la antigua Astano muy por debajo de su capacidad.

La factoría, con 800.000 metros cuadrados de superficie, está dedicada a la fabricación de bloques para los buques que se montan en el astillero ferrolano, tareas que generan ocupación para unas 1.000 personas, 360 de plantilla directa y el volumen restante, de compañías auxiliares. Sin embargo, sus gradas y muelles permanecen inactivos, cuando están a punto de cumplirse cuatro años de la entrega del último gran proyecto del astillero, la plataforma Farwah , la de mayor capacidad de almacenamiento de crudo fabricada por la antigua Astano. Entonces, en la fabricación de ese enorme artefacto -de 210 metros de eslora (largo)- se habían empleado unos 3.000 trabajadores, 1.000 de la antigua Astano y otros 2.000 de firmas auxiliares.

Fruto del acuerdo de la última reconversión, los dos astilleros de la ría de Ferrol están dedicados a la producción de buques militares, aunque mientras que la antigua Bazán tiene sus instalaciones saturadas -fabrica y monta cuatro fragatas y el buque más grande de la flota militar española, y además tiene en cartera otros dos barcos anfibios para la Armada de Australia- la planta de Fene se mantiene infrautilizada.

Plan Barreras

En el otoño del 2006, el intento del conselleiro de Innovación, Fernando Blanco, de recuperar la actividad de construcción naval civil en la planta -con un proyecto impulsado conjuntamente con el astillero vigués Hijos de J. Barreras- fue frenado por el dueño de la antigua Astano, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). La corporación pública rechazó cualquier posibilidad de renegociar con la Unión Europea la vuelta del astillero al sector civil, aunque admitió que la antigua Astano funcionaba por debajo de sus capacidades al manifestar su disposición de ofrecer a la iniciativa privada lo que denominó «activos ociosos». Entonces, llegó a cifrar esos activos en unos 200.000 metros cuadrados de superficie y poco después anunció que negociaba con una empresa energética su instalación en la superficie sin uso. Cuando ya ha transcurrido más de un año desde entonces, continúa sin despejar sus planes para la planta.

Sin embargo, el pasado febrero se reveló que Navantia y Gamesa mantienen conversaciones para abordar la posibilidad de que la firma vasca adquiera las instalaciones de la fábrica de Turbinas, anexas a la antigua Astano. Ni la firma pública ni la eólica se pronuncian sobre estas negociaciones. No obstante, de concretarse, no variarían la situación del astillero, destinado únicamente a fabricar trozos de barcos a medio plazo.