La Xunta considera «cerrado» el mapa eólico gallego hasta el 2012 con un máximo de 6.500 megavatios instalados, lo que supondría mantener en activo cerca de 4.000 aerogeneradores.
El paso adelante de Endesa, que puenteó a la Xunta solicitando directamente al Gobierno central casi 600 megavatios en Galicia, a costa de renunciar a la prima que acompaña a los parques inferiores a los 50 megavatios -de exclusiva competencia autonómica-, no preocupa en la Consellería de Industria. Portavoces de este departamento apelaron ayer al «compromiso» adquirido tanto por el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, como por su ministro de Industria, Joan Clos, para «respetar» el diseño eólico configurado por la Xunta.
«No nos preocupa dejar de ser líderes en España o sexta potencia mundial, sino que el crecimiento del sector esté controlado», manifiestan desde la consellería.
Lo cierto es que la polémica regulación de estas instalaciones ha provocado un parón en los últimos dos años, en los que prácticamente no se han creado nuevos parques. Las últimas autorizaciones (560 megavatios) datan del pasado mes de febrero, en plena efervescencia del debate, y también están recurridas por las productoras eléctricas, que las consideran «irregulares».
La patronal eólica pronostica un «colapso administrativo» con su prevista batería de recursos y solicita una renegociación del marco de trabajo, algo que la Xunta descarta por completo.