En los últimos partidos los partidos entre la Real Sociedad y el Celta han coincidido en varias ocasiones con partido trascendentes. El que más se recuerda es aquel que se disputó en Balaídos en la penúltima jornada del año 2003, cuando la Real Sociedad se jugaba el título con el Real Madrid y el Celta entrar en la Liga de Campeones. Unos ocho mil seguidores donostiarras se habían desplazado hasta Vigo para apoyar a su equipo. Al final vencieron los celestes (3-2) y los vascos se quedaron sin título. Esta vez lo tienen todo a favor y juegan en su campo, que estará lleno hasta la bandera. Las colas para adquirir una localidad dieron la vuelta al estadio durante la semana.
Pero el técnico de la Real, Martín Lasarte, no quiere que los suyos se contagien de este ambiente festivo: «En mi país se dice que no hay que poner la carreta delante de los bueyes. Vivir esta euforia desborda la realidad y el Celta es un equipo que juega bien y puede rebelarse».