Las bajas vuelven a golpear a un equipo con ochos lesionados y un sancionado para recibir al Almería
18 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.El Dépor se resiste frente al Almería a perder su última razón para seguir compitiendo. Tras siete jornadas en las que no ha sumado más que tres empates, solo un resultado es posible: la victoria. Esta tarde en Riazor se cita con las señas de identidad que lo llevaron a acariciar la Champions y que en la segunda vuelta solo han aparecido a cuentagotas. Lotina, en su rueda de prensa más corta de la temporada, pidió un último gesto a sus jugadores. «Nos jugamos nuestra imagen más que algo en la clasificación, porque por ahora no podemos pensar en ella. Hay que romper esta mala racha. La afición ya sabe lo que hay, pero le tenemos que dar actitud y a partir de ahí surgirán las demás cosas», afirmó.
Ni una sola vez brotó de su boca la palabra Europa. En el momento más oscuro de la temporada, hasta las lesiones, que ya habían acribillado el vestuario coruñés en enero, vuelven a hacer mella ahora en un equipo con cierto aire estival. En el entrenamiento de ayer se lesionaron Mista y Bodipo, quienes se unieron a Lopo, Juan Domínguez y Lassad. Estos tres arrastraron molestias durante la semana y no pudieron recuperarse a tiempo para recibir al Almería. Tampoco jugará Manuel Pablo, sancionado, ni Angulo, Filipe y Juca. Si contamos al tercer portero, el fabrilista Marcos Valín, diez deportivistas se perderán el partido.
Con los mimbres justos, el técnico confiará en una alineación calcada a la que acabó empatando con el Racing el pasado domingo. Riki y Adrián volverán a buscar de inicio el gol (el Dépor solo ha marcado cuatro en sus paupérrimas siete últimas jornadas), apoyados por un centro del campo en el que formarán Juan Rodríguez, Sergio, Antonio Tomás y Guardado. La única duda se plantea en la defensa. En casa el fabrilista Raúl repetirá en la izquierda, mientras Piscu y Colotto pugnan por el puesto de central derecho, pues el izquierdo parece reservado a Zé Castro.