Tartán levantado, grietas, agujeros y una ría repleta de basura componen el estado de las instalaciones de Marín
09 mar 2010 . Actualizado a las 17:39 h.Por si quedaba alguna duda, el Xynthia le dio el golpe de gracia. Las pistas de atletismo de Marín están inservibles. Con el tartán levantado, con surcos en todo el trazado, con los borde convertidos en un campo de minas, con un abanico de grietas a prueba de tobillos y con la ría haciendo las veces de estercolero.
Como consecuencia, lo que hace una década era una floreciente escuela de atletismo liderada por los hermanos De la Torre y con un centenar de jóvenes se ha convertido en un desierto. La mayoría de los niños han pasado página con el atletismo, y los que tienen madera enseguida emigran. Algunos, a la vecina Pontevedra para enrolarse en la Gimnástica, y otros, como Víctor Rioboo, a Madrid.
Inauguradas en 1992, las pistas no han resistido el paso del tiempo ni la falta de cuidados. El año pasado quedaron heridas de muerte cuando se instaló en el campo de San Pedro -con el que comparten espacio- el césped artificial. Los camiones hicieron estragos, pero nadie arregló los daños. Ahora, el temporal acaba de rematar la faena. Intentar hacer deporte allí tan solo trae rasguños y hasta una rotura de codo, como le sucedió a uno de los opositores que frecuentan el recinto. Los únicos osados, conjuntamente con una veintena de niños de la escuela municipal.
El resto cambió de escenario. Algunos a Pontevedra, como Jean Marie Okutu, la promesa de la longitud. «Las pistas están levantadas y con grietas, allí no se puede entrenar. La falta de pistas le ha hecho daño al atletismo en Marín», afirma.
Los hermanos De la Torre han asistido en primera persona al ocaso del recinto. Ellos, que además de olímpicos habían encendido la llama del atletismo. «Aquí organizouse durante moito tempo un mitin de nivel. Incluso se chegou a correr un 1.500 en 3m 49s, pero agora as pistas están nun estado ruinoso. Na recta de chegada só hai cemento», explica Elisardo.
Quien mejor lo sabe es su hermano Carlos, que a su carácter de atleta de nivel añade ahora el de encargado de las instalaciones deportivas. «As pistas están destrozadas. O pouco que quedaba levouno o temporal. Aquí había un acordo para arranxar as pistas, pero está en punto morto». La remodelación viene de lejos. Del año 2008, cuando el Concello de Marín había alcanzado un acuerdo con la Dirección Xeral para recuperar las pistas, «pero co cambio da Xunta ao ano seguinte veu Lete a visitar as instalacións, dixo que non había diñeiro e o único que se podía facer era cambiar o tartán, cando os propios técnicos da Xunta indicaron no proxecto que había que levantar e cambiar todo», indica Manuel Ruibal, el edil de deportes.