Vitamina C para un Dépor resacoso

Rubén Ventureira

DEPORTES

Guardado, de penalti, y Riki, con un gran zurdazo, colocaron el 2-0 en el marcador a los siete minutos de juego

21 feb 2010 . Actualizado a las 02:44 h.

Vitamina C dio al resacoso Dépor un Xerez vestido de naranja de la cabeza a los pies. Ayudó el inocente rival, que jugó como si no hubiese porterías, a sumar tres puntos que permiten a los de Lotina mantenerse en los puestos nobles. En todo caso, el conjunto blanquiazul sigue emitiendo síntomas preocupantes. Se maneja con la lentitud de un resacoso. Aunque es cierto que tampoco deja jugar, no juega. Y eso que ayer se le puso todo de cara para hilar fútbol, pues tenía un 2-0 a favor a los siete minutos, lo que despejaba toda ansiedad. Pero se relajó, dejó vivo al rival, y estuvo inquieto, aunque no demasiado, hasta el final.

El colista pagó su agresiva salida, y en siete minutos eléctricos el Dépor marcó distancias. Al minuto y medio, el Xerez ya llevaba tres faltas, y como la última de ellas fue en el área pues se vio con un penalti en contra. La infracción fue clamorosa: Moreno abrazó a Colotto como si fuese un amigo al que hacía tiempo que no veía, con reiteración y especial efusividad. Ante el reiterado toqueteo, a Pérez Lasa no le quedó otra que señalar el punto fatídico. Desde allí marcó Guardado (min 3).

El equipo de Lotina vio que todo el monte era orégano y se lanzó a por el segundo. Y lo encontró solo cuatro minutos después. Laure envió un balón hacia la delantera, un defensa se lo comió y por allí apareció raudo Riki, que avanzó hacia el área por el carril zurdo; oteó a su derecha a Bodipo, que esperaba acechante en el punto de penalti, pero el madrileño ya tenía en su punto de mira la escuadra contraria, y por allí la coló.

Ante la acumulación de tempranas desgracias, el Xerez quedó noqueado, y así permaneció, grogui total, hasta el final del primer tiempo. Con el viento del marcador a favor, el Dépor le cedió la iniciativa, que el rival tomó como de mala gana. Con un juego lento y previsible, al equipo local le valió un ordenado 4-2-2-2 para mantener alejados del último tercio de la cancha a los xerecistas, que se limitaron a marear la pelota en el mediocampo. El primer tiempo encaraba su ocaso y Aranzubia, el portero más bombardeado de la Liga, no había recibido ni un disparo, lo que su maltrecho hombro, ese que puso en duda su participación, agradecía. Así de tediosa, pero también de plácida, transcurría la tarde, con el Xerez encasquillado y el Dépor esperando (quizá demasiado relajado) el error del rival para lanzar la contra, cuando los andaluces se encontraron en el minuto 39 con el tesorillo que no habían buscado, el gol. Fue un centro desde la derecha de Víctor Sánchez que Bermejo cabeceó magníficamente ante la mirada de Laure, al que le faltaron centímetros y agresividad para obstaculizar al delantero.

El Xerez comprendió en ese momento que  podía aspirar a algo más que a no ser goleado y empezó a merodear el área; y hasta hizo trabajar al hasta entonces inédito Aranzubia, que voló para despejar un golpe franco del ex deportivista Momo (min 45).

La segunda mitad arrancó con una pésima noticia: los músculos volvieron a traicionar a Riki, hasta entonces el mejor de los deportivistas. Lo sustituyó Iván Pérez, que de nuevo mostró gran dinamismo y rondó el gol hasta en cuatro ocasiones. Fue el más activo de un Dépor entregado a la contra, pues la manija se la siguió dejando en el segundo acto a un poco imaginativo Xerez, que se limitó a bombear balones al área para mayor gloria de Colotto y a realizar disparos lejanos para tranquilidad de Aranzubia.

Con el obligado cambio de Guardado, al que relevó Adrián, el conjunto local mantuvo el esquema y la actitud. Pero el partido loqueó. Se convirtió en lo que los técnicos llaman, eufemísticamente, «de ida y vuelta», pero que toda la vida se ha llamado «partido de patio de colegio». En medio de la locura, Juan Rodríguez se topó por quinta vez en la temporada con la madera (min 65). La entrada de Valerón dio más intención a un Dépor que, quién se lo iba a decir a la afición hace nada, echa de menos el juego que da Sergio.