El novato se llevó hasta el pantalón

Rubén Ventureira

DEPORTES

14 dic 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

No solo se llevó la camiseta de recuerdo, sino también el pantalón, «que creo que no se puede, pero lo he cogido y no he preguntado por si acaso», cuenta con el descaro propio de un joven debutante Juan Domínguez. Con el 28 a la espalda, se acababa de estrenar en partido oficial con el Deportivo: «Es uno de los días más felices, quizá el más feliz, de mi vida. Uno siempre sueña con jugar en Primera División, y si es con su equipo imagínate», decía en la larga zona mixta del estadio de los Juegos Mediterráneos, donde era el más solicitado por los medios gallegos.

Juan, que cumplirá 20 años el 8 de enero, reconoce que tuvo un poco de «impresión» en «los primeros dos minutos». «Piensas que es un partido de Primera, y te impone, pero así que di los primeros pases bien cogí confianza y me olvidé de los nervios», asegura este jugador nacido en Pontedeume, pero criado en Narón.

Los dos técnicos convirtieron el mediocampo, especialmente en la primera mitad, en el camarote de los hermanos Marx. «Sí, había mucha gente», ríe. Entre ellos, sus compañeros en el trivote Antonio Tomás y Sergio. «Me han ayudado mucho, me dieron muchos consejos, y al jugar tan cerca hay muchas líneas de pase», argumenta con los conocimientos tácticos que tiene en su privilegiada cabeza.

Se va satisfecho por su aportación: «Me he visto bien, pero no he estado tan suelto con el balón como en el Fabril. Tengo muchas más cosas que dar, pero hoy es que era todo tan nuevo... Si me dan más oportunidades en el futuro, estoy seguro de aportaré más». No se vio en el once hasta que lo dijo en el vestuario Miguel Ángel Lotina, que también le anunció que iba a jugar en torno a una hora, y que por tanto se exprimiese en ese tiempo. Explica el motivo de esa acotada participación: «Es que venía de dos semanas en cama por la gripe A, y solo llevaba una entrenando, así que ha pensado que era mejor cambiarme rápido». Así fue: en el minuto 11 de la segunda mitad fue sustituido por Valerón. Entonces, el partido iba empatado: «Ha habido ocasiones para los dos equipos, así que creo que el resultado es justo».

En un momento tan feliz, se acordó, sobre todo, de los que lo trajeron al mundo: «Esto va por mis padres y por toda la gente que ha estado en los buenos y en los malos momentos».

Juan dice adiós sonriente y se va del estadio. Asegura que aún no le han hecho la novatada que sufre todo aquel que debuta en el primer equipo. «Bueno, pero aún queda el autocar al aeropuerto y el viaje en el avión de vuelta. Intentaré pasar desapercibido».