La Voz charló con Rodrigo con motivo de su centenario. La entrevista se publicó el 21 de febrero. A continuación, un extracto.
-Rodrigo cumple 100 años. ¿Cuántos tenía cuando llegó al Deportivo?
-¡Eu que sei! Era un chiquillo. Antes del fútbol era cerrajero, pero el jefe me echó. Perdí el trabajo porque un día no fui por ir a ver al Deportivo, que jugaba con un equipo extranjero.
-En 1932, sus paradas apearon al Madrid de la Copa.
-Ese día era domingo, y había toros en A Coruña. Pero el público se enteró de lo de Madrid y se marchó de la plaza para ir al bar Derbi [después Otero], en los Olmos, porque allí tenían un cartel en el que ponían el resultado de los partidos de fuera. La gente leía 2-1 y no se lo creía. Cuando llegamos a Coruña me sacaron a hombros de la estación de tren.
-El Dépor consiguió su primer Teresa Herrera con usted en el banquillo.
-Tenía que jugar el Athletic con el Stade de Reims, pero estos al final no aparecieron. Y jugamos nosotros. Empatamos 1-1 y se jugó una prórroga en la que ganaba el que marcase primero. Marcó Pahíño en el minuto 130.
-Cuando dirigía al Deportivo Juvenil, había un tal Luis Suárez al que permitía entrenar con el equipo. Usted lo descubrió.
-Moriré diciendo que a Luis lo hicieron su padre y su madre. Luisito era hermano de dos jugadores que tenía yo en el Deportivo Juvenil, de Agustín y de Pepiño. A los 9 ya jugaba igual que a los 20. Era un fenómeno.
-Le regaló sus primeras botas...
-Las hice en la fábrica [de armas]. Yo tenía allí un chollo de carallo. Entré de cajero. Las cajas son las maderas de los fusiles [aclara]. Había un montón de aprendices y me encargaron de los deportes. Compré las piezas para las botas y se las hicieron allí. Eran de cuero. A mí Luis me quiere mucho.
-Así me lo ha dicho. Jugó con el legendario Chacho. ¿Cómo era?
-Muy bueno, pero muy frío.
-¿Mejor que Luis Suárez?
-Distinto.
-¿Y Luis Otero?
-Ese fue olímpico.
-¿Sigue viendo los partidos del Dépor?
-No soporto verlo perder.