En la carrera celebrada hace ocho días en Australia, Gómez Noya salió del agua en el puesto 24, algo inaudito en un triatleta que domina el medio como pocos. Ayer, en Plymouth, no se dejó sorprender y fue líder casi siempre a lo largo de los 1.500 metros en el agua. De hecho, hasta se hizo con los 500 dólares de premio que la organización otorgaba a quien liderara el primer paso por una zona señalizada.
Lo peor de la carrera fue la bicicleta: «La escapada buena me llegó a preocupar. Cogieron un minuto, pero nadie en el pelotón estaba dispuesto a tirar. Tuve que ser yo mismo el que diera un arreón para que nos sacaran la menor ventaja posible. Al bajar de la bici empecé a correr muy fuerte para ver si era posible alcanzarlos. Me sorprendí de lo bien que me encontraba y hasta les di alcance antes de los cinco mil metros. A partir de ahí, ya vi que iba a ganar y regulé un poco porque no era cuestión de gastar fuerzas innecesarias. Ha sido, tal vez, la vez en que más rápido he ido, teniendo en cuenta sobre todo que me había desgastado en la bici y que el circuito no era plano. Fui el único que bajó de 30 minutos en la carrera a pie. En parte me benefició el clima, con 19 grados y el cielo nublado». De cara a los juegos, que es el objetivo, dijo Noya: «Esto no se puede extrapolar a los Juegos. Lo que quiere decir es que mi preparación va bien y que voy más rápido que en otros años. Si sigo en esta línea llegaré bien», concluyó el campeón gallego.
Por otro lado, la gallega Pilar Hidalgo abandonó cuando disputaba el tramo en bicicleta.