El presidente de la FIA, pillado en una orgía sadomasoquista nazi

DEPORTES

01 abr 2008 . Actualizado a las 02:08 h.

La fórmula 1 vuelve a convulsionarse, esta vez a causa de Max Mosley, que vive sus peores horas desde que preside la Federación Internacional de Automovilismo. El británico, de 67 años, ha sido grabado durante una orgía sadomasoquista con cinco prostitutas, un encuentro celebrado el pasado viernes en un elegante piso del barrio londinense de Chelsea, muy próximo a su domicilio.

La noticia fue desvelada, con abundante documentación gráfica, por el dominical sensacionalista News of the World , que da detalles de la cita de Mosley con las prostitutas a lo largo de cinco horas. Destaca, entre otros aspectos, que la orgía recreaba un campo de concentración nazi en el que el presidente de la FIA ejercía de guardián que castiga a varias presas a las que da órdenes en alemán. No obstante, en el comienzo de la sesión, que costó al británico algo más de tres mil euros, fue el propio Mosley el azotado.

El atrezzo nazi es especialmente desafortunado para un hombre que, recientemente, se ha erigido en el mayor crítico con los insultos racistas a Lewis Hamilton en los entrenamientos de Montmeló. Por otro lado, los progenitores de Max Mosley estaban muy vinculados a los nazis. Su madre, Diana Mitford, era amiga de Adolf Hitler, y su padre, Oswald Mosley, fundó la Unión de Fascistas Británicos y lideró los camisas negras en los años treinta. La boda entre ambos se celebró en el domicilio de Joseph Goebbels, gestor de la propaganda nazi, y a la ceremonia acudió el propio Führer como testigo.

«Siempre me produjo cierta cantidad de problemas ser hijo de sir Oswald hasta que entré en el automovilismo», reconoció el presidente de la FIA en numerosas ocasiones. A finales de diciembre, la revista política New Statesman planteaba la posibilidad de que el mandamás de la FIA fuese sobrino político de Hitler, por una relación de éste con la tía de Mosley, Unity Mitford.

Los colectivos judíos no han tardado en hacerse oír contra el depravado juego de Max Mosley. «Es un insulto a millones de víctimas, de supervivientes, así como a sus familias. Tendría que pedir perdón. Tendría que dimitir», han apuntado desde el Centro del Holocausto. «Es un comportamiento molesto, especialmente cuando se conoce su historia familiar», señaló Edie Friedman, directora del Consejo judío por la igualdad racial.

Los abogados de Mosley, casado y con dos hijos, estudian la posibilidad de denunciar ante los tribunales al periódico News of the World , alegando una intromisión ilegal en la vida privada del presidente de la FIA. Aseguraron además que Mosley no tiene la intención de dimitir.

Una de las personas más sorprendidas fue su colega Bernie Ecclestone, patrón privado de la fórmula 1. «Si alguien me hubiera dicho esto sin probarlo, me habría costado mucho creerlo», reconoció el menudo inglés.

Max Mosley cumple su cuarto mandato al frente de la Federación Internacional de Automovilismo. En estos años ha polemizado con todos los protagonistas de la fórmula 1, principalmente con el campeón del mundo Jackie Stewart, a quien dedicó unas duras palabras que ahora bien podría aplicar a sí mismo: «Va por ahí como si hubiera salido de un teatro de variedades de los años 30. Es un imbécil diplomado».