Pepu: «Sólo soy un ayudante de jugadores, los protagonistas son ellos»

José M. Fernández

DEPORTES

Seguirá al frente de España al menos hasta los Juegos de Pekín, en los que dice que podría estar Fran Vázquez: «Tiene unas características físicas espectaculares»

17 oct 2007 . Actualizado a las 02:20 h.

Pepu Hernández se ha ganado la unánime admiración del deporte español. Seleccionador de un equipo modélico, cerró una posible crisis sobre su continuidad casi antes de que se abriera y ha digerido de forma ejemplar una medalla de plata con cierto sabor amargo. No se cansa de halagar a cada uno de los integrantes de la selección; tampoco ayer, cuando en una charla organizada por Adecco Training en A Coruña desveló que en el bus que les llevó de vuelta al hotel tras la final del Europeo, a los jugadores les faltó tiempo para cantar «¡El año que viene la misma selección!». Confiesa que nada puede consolar un vestuario después de una derrota, «pero el público no quiso vernos perder, nos despidió como si no hubiéramos perdido».

-¿Qué hace un entrenador de baloncesto en una charla sobre recursos humanos?

-Hablar de baloncesto. Parece que en las empresas interesa la forma de gestión de un grupo especial y que compite. En el fondo, cada nuevo reto, cada temporada, es una empresa, aunque no se rige por las mismas normas.

-Usted es el director.

-Sólo soy un ayudante de jugadores, los protagonistas son ellos. Mi tarea es poner en común a la gente.

-¿Echa de menos el día a día en una cancha?

-A veces deseas entrar en competición o tomar decisiones,. Pero no pasa nada si estás preparado para ese gran reto que es estar en los Juegos Olímpicos.

-Después del Europeo salieron a la luz algunas diferencias con la federación.

-No había ningún tipo de conflicto, fue artificial. Este deporte tiene suficientes cosas atractivas como para no inventarse historias a su alrededor.

-¿Y después de Pekín?

-No lo sé... ni me lo planteo ni me preocupa. Yo quiero trabajar, como lo he hecho siempre, en el corto plazo, en el medio y en el largo, independientemente de cuanto tiempo esté en la federación. Estoy a gusto, y en ese sentido no me hago planteamiento de continuidad o no.

-Usted ha conseguido ser mediático desde la normalidad.

-Sólo me preocupa poder transmitir y hablar en los foros de los que se suele hablar de mi deporte. El baloncesto merece la pena porque es un buen vehículo de transmisión de valores. Estos jugadores, en este sentido, lo están haciendo muy bien.

-¿Teme que pueda resquebrajarse un grupo modélico?

-Hay que trabajar en la estabilidad y en la continuidad. Este grupo merece la pena, y no debe caer en el olvido o ser una moda.

-¿Hay sitio para Fran Vázquez?

-Sí, no me cabe ninguna duda. Contamos con un equipo muy competitivo, pero también hay jugadores detrás que pueden entrar en el grupo. El núcleo duro de esta selección es muy fuerte, tan potente que quiere ser mejor, y también se mejora con la incorporación de compañeros que puedan sumar.

-¿Está Vázquez en esa dinámica?

-Yo creo que sí. Tiene unas características físicas espectaculares. También tiene que trabajar cuestiones tácticas y técnicas, además de integrarse.

-Le supongo especialmente satisfecho por lo que está haciendo Marc Gasol.

-Me interesa como evolucionan los jugadores jóvenes, que han atravesado situaciones complicadas y ven la luz. Me alegro de que las cosas vayan bien.

-¿Para usted ganar no parece ser lo importante?

-Ganar no está mal, no es un mal premio. Pero me gusta mucho más la planificación, la preparación, que creo que es un objetivo primordial. Los entrenadores debemos hacer que el trabajo sea más agradable.

-Juega con ventaja, usted tiene a Pau Gasol.

-Es un líder extraordinario, pero que ha aprendido a serlo en el el colegio, en el Barça, en la NBA... . Espero que haya Pau para mucho tiempo, pero que cuando no esté quede su poso, su estilo...

-Dice que no le gustan los jugadores sumisos, ¿tiene rebeldes en la selección?

-No, no los hay, pero sí gente que cuando tiene que hablar habla. Tiene que haber comunicación y derecho y libertad para hablar y disentir. Siempre pienso que es mejor querer hacer que tener que hacer.